Page 1946 - JULIO
P. 1946
TU CUERPO MI REFUGIO 3
Me refugio en tu cuerpo, me detengo en tus ojos cuando el d ía llega a su fin
y rodeo tu desnudez en un abrazo lento.
Mis labios caminan sobre tu piel, explorando tus aromas entre delirios...
Sabes quién soy... soy ese hombre que tiene el corazón abierto a tus
caprichos, tu esposo amante, tu esposo amado…
¡Me cielas tan dulce y suavemente! Hundo mis dedos dibujándote en la piel,
te provoco con mis besos ardientes y respondes a mis deseos con tu miel.
Mis sentidos se diluyen en tu vientre y te beso, mis sentidos explotan en
tus partes más profundas y en éxtasis se pierden nuestras mentes.
Eres una diosa entre mis brazos, soñadora, deseosa, excitante, ¡soy tu
amante!
¡Soy tu esposo! Como dios mitológico me siento entre tus piernas, te seduzco,
te acaricio, te beso delirante.
Con el máximo placer me busca tu boca, me encuentra, me recorre, se deleita
¡De qué forma me provocas!
en m í... apasionadamente ¡Ay, amor! ¡Nos amamos
tan dulce y suavemente!
Me entrego a ti, me acompañas y, como locos, llegamos hasta el cielo,
dulcemente.
Mi Esposa, mi Amiga y mi Amante, siempre tuyo, siempre m ía, siempre
nuestro. Te cielo mi Begoña.
YA NO SOY MÍO, SINO TUYO
Atrapaste mi tristeza para esconderla en tu bolsillo, para alejarla de m í.
Has sembrado el jard ín de mis pesadillas con nuevos sueños, con otras
esperanzas.
Y yo estoy lleno de amor por todo aquello que te pertenece, lleno de celos
por todo lo que te roza y me quita un trocito de ti.
Y tú sigues aqu í, entregándome la vida en cada suspiro, suplicando por mis
besos sin saber que ni siquiera tienes que pedirlos. Porque son tuyos, porque
yo ya no soy m ío, sino tuyo.