Page 425 - JULIO
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Te cielo.                                                                                   17

                  Dentro de mi sueño


                  Mi soñado amor:
                  Anoche tuve un sueño y dentro de ese sueño estabas tú. Era muy extraño,
                  como si los dos estuviésemos en una burbuja en el cual nada ni nadie


                  pudiese interrumpirnos.
                  Todo era bello, especialmente el poder abrazarte, llorar juntos y hablar de
                  las cosas que todo este tiempo guardé en mi corazón.



                  En nuestra burbuja no había nada que nos separara, éramos uno sólo.
                  Pasábamos  el  tiempo  abrazado,  hablando  como  si  jamás  hubiésemos
                  estado separados…


                  Era un sueño extraño, pero hermoso, pues estábamos tú yo solos, viviendo

                  nuestro amor.
                  Miraba tus ojos tan cerca de los míos, te amaba, te hablaba, sonreías y


                  sólo había felicidad.
                  ¡Qué momentos más hermosos eran esos los de aquel sueño!

                  En la mañana despertaba y no quería no, no quería que te fueses de mi

                  lado, miré mi ventana y rápidamente te escribí estas líneas para contarte
                  que esa noche mágica estuviste conmigo, te pude sentir bien cerca, tanto


                  que hasta podía sentir tu respiración.
                  ¿Será amor mío que tú también soñabas conmigo?

                  Resignado por haber despertado de tan bello sueño me volví a la cama,
                  apreté mi almohada contra mi pecho y te pedía que no te marchases, y que,

                  aunque sólo en sueños sea, volvieses a mí de inmediato.

                  Estaba triste, pero pude recuperarme rápidamente al pensar en tu amor por

                  mí.

                  No estaba molesto por despertar, pues en el fondo sabía que había podido
                  disfrutar de algo especial, jamás te había sentido tan cerca de mí, ni nunca

                  mis manos habían podido tocar tu rostro como en esa noche de dulces
                  sueños pude llegar a hacer.
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