Page 605 - JULIO
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Tú eres la otra mitad de mi corazón, mi par, mi complemento… 16
Mi necesidad de ti es mucha. Mi corazón palpita tu nombre todo
el tiempo.
Eres tú lo primero que pienso y lo último que recuerdo en cada
día.
En mi mente tan sólo estás tú. Mis ojos se iluminan al verte y mi
ser se emociona al escuchar tu voz, así es mi querido amor.
¿Cuánto falta para que tus ojos se encuentren con los míos? No lo
sé, pero te siento tan cerca ahora mismo que el tiempo ya no
importa.
Estás adherida a mi alma, si doy un paso entonces tú también
avanzas conmigo.
Cuánto bien me has hecho a lo largo del camino. Te cielo…
¡cuánto te cielo!
Detrás de un "te cielo".
Mi amor, mi pedacito de cielo, cuánto añoro de tus labios un beso.
Cuánto quiero verte en este instante y decirte muchas cosas más,
porque aún tengo mucho por decirte, hay tanto aún detrás de esa
frase, pero no me alcanzan las palabras ¡y es que no las hay! Para
el amor no existe un diccionario ni un alfabeto, ni una regla
ortográfica ni gramatical definida, y aun así tiene el maravilloso
don de comunicarse en todo momento, actúa con su propia lógica
y posee su característica forma de expresión, sí, así es el amor.
¿Cuáles son las palabras que necesito para hablarle a una célula
de mi cuerpo? ¿O al átomo, a un poro o tal vez a la sangre que
corre por mis venas? No puedes agarrar a ninguno de ellos y
hablarles esperando que entiendan un lenguaje, unas palabras
que tratan de explicar algo.
No puedes tomar la energía que rodea el cuerpo e intentar hablar
con ella, sin embargo, esas cosas existen, aunque tengan “un
lenguaje propio”, así es el corazón que no depende de un lenguaje