Page 693 - JULIO
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Puedo estar tranquilo, sabiendo que mañana cuando el sol ponga sus rayos                    9
                  de luz, te llegará todo este amor que tengo guardado para ti y verás que los

                  días son más claros y los cielos más azules, la alborada se ve más bonita
                  cuando te llegan mis cartas, lo sé, y lo siento en mi corazón, entre Dios y
                  tú están mis amores.


                  Dios, porque ha permitido que yo te ame, y tú, por dejarme entrar a tu
                  mundo sin pedirme nada y dármelo todo.

                  Recuerda amor que estás en todos y cada una de mis cosas, estás en el

                  aroma de una rosa, en la sonrisa de un niño en las madrugadas que tienen
                  tu aroma cuando en ti he soñado, eres la respuesta de mis ruegos, eres mi
                  amor soñado, eres para mi esperanza y fe de que un día tus ojos se perderán

                  en los míos y ahí me dirás ¡Cuanto me cielas!, y yo te diré ¡Cuánto te he
                  esperado!

                  Mis cartas nacen en la profundidad de mi corazón, mi amor secreto, mi

                  único y eterno amor.

                  Siempre tuyo... Siempre mía... Siempre nuestro.

                  Desde mi rincón para ti,


                  EL INFINITO ES NUESTRO...

                  En el infinito de nuestro amanecer, tu sonrisa aflora como una luz que
                  quedó prendada de mi cielo, robando el fulgor de la luna que fue testigo

                  mudo de nuestro amor y nuestra entrega.

                  El resplandor de tu mirada, la suavidad de tu caricia, quedaron incrustadas
                  en mi ser, cual estampa de recuerdo de la sinfonía que sonó clara y potente

                  en nuestras almas.

                  Tu dulzura se derramó por mi cuerpo que se estremeció al recibir la piel
                  vestida de amor y de pasión, y lo cubrió de una seda fina, blanca, rica en

                  sensaciones inigualables... aquellas que sólo los enamorados son capaces
                  de sentir.


                  Tu mano recorriendo mi rostro, tu boca besando mis ojos cerrados, tu voz
                  susurrando en mi oído esos "te  cielo" suspirados... ¡todo tú, mi cielo!...
                  haciéndome vibrar en cada cita bajo las estrellas envidiosas.
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