Page 765 - JULIO
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Así que no te canses, no caigas en el silencio, tus palabras me hacen falta.                4
                  Sé que me cielas y extrañas, lo sé porque en este mundo somos uno sólo,

                  tú y yo somos esperanzas e ilusión.

                  Ha pasado otro mes y vuelve mi pluma a escribir estas cartas que en
                  verdad que son cursis, pero así es el amor.


                  Y  qué  más  da  mi  amor,  somos  un  par  de  cursis  que  no  se  cansan  de

                  expresar amor.
                  Piensa en mí, mira la noche y me sentirás allí a tu lado. Siempre tuya,


                  siempre mío, siempre nuestro.
                  Serás mi amor por siempre

                  Serás mi amor por siempre, no importa que el tiempo vaya en contra, que

                  los días terminen en la ansiada espera, que tu boca desconozca el sendero

                  de mi cuerpo, que tu calor no abrigue mi frío.
                  ¡Si nos amamos que importa que nos separe el mismo cielo!


                  Caerán despacio las hojas del calendario, diciembre trae en sus pasos la
                  melancolía que se abraza a la nostalgia, y querré tenerte entre mis brazos,
                  besarte el alma con ternura, disipar aquella extraña soledad que envuelve

                  tu  figura,  recorrerte  con  mi  risa,  llenarte  la  mirada  con  los  detalles
                  hermosos, mientras te llevo de la mano al mismo cielo.

                  Y no entenderás mis miedos, romperás entonces el encanto, cayendo aquel


                  crudo llanto del mismo cielo.
                  La tristeza volverá conmigo, callaré y diré que ese es mi destino.


                  Se irá tu nombre escondido entre el sabor dulce  de mis labios, se irán
                  conmigo los tantos sueños que escribí por ti a diario, pasos lentos, mirada

                  extraviada, disimulo obligado que solamente el corazón entenderá.

                  No he de negarte lo mucho que te cielo, ¿acaso serviría a mi corazón la

                  hipocresía? ¿Mitigaría el dolor? – sería una blasfemia a este amor.
                  Serás  mi  amor  por  siempre,  el  destino  tejió  nuestros  caminos  en  un

                  encuentro, mientras en mi bolsa de retazos una agenda escrita, cargada de
                  años, hace tan lento mi andar hasta tus brazos.

                  Te cielo mi Begoña.
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