Page 4 - mitos y leyendas
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Cuenta la leyenda que, hace mucho tiempo, vivió en Perú una
princesa engreída, valiente y decidida llamada Acafala. A menudo,
contemplaba su gran belleza, pues tenía unos preciosos ojos verdes
y una hermosa melena negra.
Acafala solía mirar las estrellas y exclamaba: “Ninguna es tan bella
como yo”. Su familia, que deseaba casarla, se cansó de que
rechazara a todos los pretendientes porque, a sus ojos, ninguno
alcanzaba su belleza. La joven no quería contraer matrimonio, pues
pensaba que la única persona a la que podía amar era a ella misma.
Una noche, Acafala decidió escaparse para evitar que sus padres la
casaran. En la playa, la joven gritó al cielo:
—¡Miradme, luna y estrellas! ¿Por qué tendría que casarme con
nadie? ¡Nadie podrá superar nunca mi belleza! ¡Yo solo quiero que
me admiren!
La luna, cansada de la actitud vanidosa de la joven, utilizó su magia
para convertirla en una estrella. Pero, en lugar de mandarla al
universo para que brillara, la envió al fondo del océano,
convirtiéndola en la primera estrella de mar. En las profundidades,
Acafala ya no podía brillar, ya nadie podía admirar su belleza.