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EL CORREO
A la vuelta de una larga patrulla cansado me senté en mi cama
de campaña para leer cartas que me habían llegado durante mi
ausencia.
Tenía varias cartas de mi enamorada. Me escribía todos los días
y no dejaba de mandarme paquetes con dulces, cigarros y otras
misceláneas. Dependiendo del contenido de sus cartas, algunas
de ellas las compartía con mis camaradas que no habían recibido
correo, lógicamente que había abundancia de bromas.
También tenía cartas de mis papas y hermanos. Las cartas de
Bolivia me llegaban hasta en tres días, venían por medio del
consulado americano donde mis papas depositaban las cartas.
Había recibido otra carta con un sello de letras grandes decía:
“Cannot be delivered by order of the department of the Navy”.
Era una carta que le escribí a Rony Tardío días antes de salir de
patrulla… Era un día en octubre.
El correo era “sagrado”, La entrega de cartas era en cualquier
lugar donde te encontrabas.