Page 51 - Los siete sabios de Grecia, en sus siete veneradas sentencias
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ie Greda,
premiar los versos ; y tratar de men-
tiroso al Autor.
Sabiendo Augusto Cesar, que
los Athenienses vivían con mucha
disolución en sus costumbres, les
escribió una carta, desde la Ciudad
de Egina donde residia entonces, di-
ciendoles, que de sus mismos deli-
tos podrían inferir el justo enojo,
que le motivaban
, y que se persua-
diesen, a que no siempre había de
residir en Egina; como previnién-
doles, que no se fiasen en la distan-
cia de quien debían velar, aun so-
bre lo mas apartado. Con esta sola
insinuación halló Augusto el modo
de corregirlos; pues en nada , mas
que en el castigo deben los Monar-
cas buscar el modo, pues la autori-
dad ensangrentada en
el rigor tie-
ne por^edo preciso el miedo ; pero
no sídnpre del temor se produce la
enmienda.
Aun sin tan evidentes apoyos
de-
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