Page 7 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
P. 7
SALVADOR BORREGO
Hace 4,000 años, en Babilonia, se estudiaba el fenó-
meno de una crisis de granos y como medida de emer-
gencia se dictó el famoso Código de Hamurabi, que im-
ponía minuciosos controles de precios y salarios, con
muy severas penas.
Años después, en Grecia, se recurrió a disposiciones
parecidas porque hubo especuladores que hacían correr
falsos rumores sobre guerras o naufragios de barcos car-
gados de víveres, para luego subir los precios. Es decir,
ya se conocía y se manipulaba la ley de la oferta y la
demanda.
Spengler refiere que en Egipto, durante el Imperio
nuevo, la institución del giro se hallaba a la altura de lo
que después se practicó en los bancos occidentales.
Cleómenes, el administrador de Alejandro Magno en
Egipto, recurría hace 2,327 años a ingeniosas operacio-
nes económicas para lograr grandes utilidades a costa
de Grecia. (!)
El emperador Diocleciano legisló en Roma sobre el
equilibrio de precios y salarios, y sobre el valor del dine-
ro, según su edicto del año 301 de nuestra era.
En fin, a través de siglos muchos gobernantes o in-
vestigadores observaban con interés el desenvolvimiento
de los fenómenos económicos. Luca Pacioli ideó en 1494
el método de contabilidad de partida doble y escribió un
Tratado sobre el particular.
Ahora bien, los estudios sistemáticos, ininterrumpi-
dos, de los fenómenos económicos, se formalizaron hace
aproximadamente quinientos años, cuando la escuela
económica mercantilista afirmaba que la fuente princi-
pal de la riqueza eran los metales preciosos, como el
oro y la plata.
El investigador Thomas M un y sus seguidores mantu-
vieron ese criterio durante casi tres siglos, y a la fecha
aún cuentan con algunos partidarios famosos que abo-
<l> Perspectiva de la Historia Universal. Vol. IV. Oswaldo Spengler.
6