Page 161 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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sobre  asuntos  de  su  especialidad;  asesoramiento  en  todas  las  demás  cuestiones  de
                  derecho  comercial  y  social  y  de  economía  social;  colaboración  en  la  educación
                  profesional de los jóvenes; colaboración en las cuestiones referentes a exposiciones y
                  ferias.

                  Todos los fabricantes deben de ser miembros del grupo Industria ya que sería injusto
                  que el industrial aislado pudiera cosechar para sí lo que sembraron sus colegas. Según la
                  ideología  nacionalsocialista  el  trabajo  mancomunado  es  un  deber  para  conseguir  la
                  máxima  rentabilidad  y  el  mayor  rendimiento  posible  en  beneficio  del  pueblo  y  del
                  Estado.
                  El grupo Industria está organizado, según los ramos, en 29 grupos económicos; bajo la
                  dirección  de  7  jefes  principales  abarcan  225  grupos  profesionales  y  14  grupos  de
                  distrito;  imponente  resumen  que  podría  ser  objeto  de  simplificación  uniendo  unos
                  grupos  a otros.  Si  se  compara  la  clasificación  clara  de  la  nueva  organización  con  el
                  sistema  anterior  de  asociaciones  económicas  libre  se  verá  que  antes  existían  1.185
                  asociaciones en la Federación nacional de la industria alemana y que la Unión general
                  de  industrias  no  tenía  menos.  Por  otra  parte,  la  industria  alemana  después    de  los
                  Estados Unidos de Norteamérica es la más especializada del mundo y su organización
                  debe por tanto responder a su enorme complejidad.
                  Una tal concentración organizadora de las fuerzas industriales es de gran importancia
                  para la economía nacional y de una necesidad absoluta si el Estado quiere alcanzar una
                  meta tan elevada como es la del segundo Plan cuadrienal. No se trata aquí de una red de
                  servicios oficiales o de una burocracia económica, sino de una organización técnica y
                  regional, que facilita la actividad y la iniciativa de cada una de las ramas industriales en
                  todo el ámbito del Reich para resolver los grandes problemas planteados por el Estado
                  en interés de la comunidad nacional.
                  El segundo Plan cuadrienal obliga a aumentar el rendimiento de la economía alemana
                  porque se propone realizar una producción en grande de materias primas del país, a fin
                  de asegurar a Alemania su independencia en ese terreno. La nueva organización ofrece
                  la  garantía  de  que  la  industria  sabe  aprovechar  las  investigaciones  de  la  química
                  explotándolas con el rendimiento necesario.
                  La coyuntura del primer Plan cuadrienal le planteó a la industria problemas que exigían
                  la máxima capacidad de rendimiento tanto técnica como comercialmente. La naturaleza
                  de la coyuntura, determinada por las necesidades del Estado, produjo una expansión de
                  extraordinaria rapidez en algunas industrias y sobre todo el establecimiento de otra casi
                  nueva en el Tercer Reich: la industria de los armamentos. Esto tuvo como consecuencia
                  un súbito y considerable aumento de la producción en algunas industrias, una serie de
                  requisitos de carácter especial sobre la calidad de los materiales y una gran demanda de
                  obreros especialistas. Todo esto merece ser destacado.
                  Debido  a  la  situación  especial  de  Alemania  en  la  economía  mundial  surgieron
                  exigencias  de  distinta  índole.  Como  las  limitadas  reservas  de  moneda  extranjera  no
                  permitían  un aumento  del comercio  de  exportación  que compensara  los desembolsos
                  hechos  por  la  creciente  adquisición  de  materias  primas,  la  industria  se  vio  ante  la
                  necesidad de establecer por sí misma una base de éstas en el propio país. Los resultados
                  son más que satisfactorios. Alemania se encuentra actualmente en situación de producir
                  ella misma casi la mitad de la cantidad de bencina que necesita; su industria de la lana
                  celulósica  le  ofrece  la  posibilidad  de  fabricar  por  procedimientos  químicos  una
                  considerable  parte  de  sus  fibras  textiles.  Lo  mismo  sucede  con  otros  materiales
                  alemanes  como  la  resina  artificial  y  el  caucho  sintético  “Buna”.  Los  experimentos
                  hechos, por ejemplo, en el Ejército alemán y en las últimas carreras de automóviles han



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