Page 111 - El judío internacional
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aportada esta prueba por el Senado Norteamericano y se halla impresa en un expediente de la
                  Junta de Juzgados. No nos detendremos largamente, porque preferimos citar testimonios judíos, y
                  no cristianos.

                  El Dr. Jorge A. Simons, eclesiástico cristiano y delegado de cierta comunidad religiosa en
                  Petrogrado cuando el estallido del terror bolchevique, figura como testigo. He aquí parte de sus
                  declaraciones:

                  "Centenares de agitadores procedentes de los barrios bajos del Este neoyorquino se hallaban en el
                  séquito de Trotzky... Y mucho nos sorprendió desde un principio el elemento netamente judío de
                  aquel, y se comprobó muy pronto que más de la mitad de todos esos agitadores del llamado
                  movimiento soviético eran hebreos".

                  (Pregunta el senador Nelson): "¿Hebreos?. (El Dr. Simons responde): "Hebreos, o sea judíos
                  disidentes. Nada quiero decir contra los judíos. No cuenta con mis simpatías el movimiento
                  antisemita... Pero estoy persuadido de que este asunto es judío, y que sus raíces más profundas
                  tienen que buscarse en los barrios del Este neoyorquino".

                  (Pregunto después el senador Nelson): "¿Llego Trotzky en aquel verano de Nueva York?". (Repuso
                  del Dr. Simons: "¡Sí! En diciembre del año 1918 se hallaron bajo la presidencia de un hombre
                  llamado Apfelbaum (a) Zinovieff, diez y seis rusos puros de entre un total de 388 miembros; los
                  restantes eran judíos, excepción hecha de uno, un negro norteamericano, que se titulaba profesor
                  y catedrático, Gordon... De este gobierno comunista del Norte, que reside en el ex Instituto
                  Imperial Smolny, 265 miembros procedían de los barrios bajos del Este neoyorquino. Quiero hacer
                  constar que en el momento de apoderarse los bolcheviques del poder, quedo Petrogrado inundado
                  por una oleada de proclamas rojas redactadas en yiddish. Comprendióse al punto que este sería
                  uno de los idiomas principales de Rusia. Los rusos puros, con cierta reserva pasiva, aprobaron el
                  programa judío".

                  Guillermo Huntingon, agregado comercial en la Embajada norteamericana en Petrogrado, manifestó
                  que en Rusia todo el mundo sabe que tres cuartas partes de los jefes bolcheviques son judíos...
                  Algunos hubo que eran rusos de sangre, y por ello entiendo rusos de nacimiento, no judíos rusos.

                  Rogelio E. Simons, perito comercial del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, atestigua
                  lo mismo.

                  El Libro Blanco británico "Rusia", numero 1, titulado Recopilación de testimonios sobre el
                  bolcheviquismo ruso, entregada por orden de Su Majestad al Parlamento, abril de 1919, contiene
                  un sinnúmero de testimonios idénticos, obtenidos de diversas fuentes y prestados todos por
                  testigos oculares.

                  En la revista "Aften" de febrero-marzo de 1920, publicóse un articulo que, entre otras importantes
                  cosas, contiene el siguiente relato: "En todas las instituciones bolcheviques los jefes son hebreos. El
                  comisario auxiliar de Enseñanza Elemental, apellidado Grunberg, apenas si sabe hablar ruso. Los
                  judíos consiguen éxitos en todo y logran sus objetos. Saben obtener sumisión absoluta y
                  mantenerla, pero se muestran altivos y despreciativos con todo el mundo, lo cual subleva al pueblo
                  contra ellos... En la actualidad se observa un gran entusiasmo nacional-religioso entre los hebreos,
                  creyendo que se va acercando la era del dominio terrenal del Pueblo, ya que coincidieron el
                  hebraísmo y la revolución mundial. Ven en que coincidieron el hebraísmo y la revolución mundial.
                  Ven en el desarrollo de la revolución el cumplimiento de las Sagradas Escrituras al decir: "Aunque
                  de fin de todos los pueblos, entre los cuales te dispersare, no daré fin de ti".

                  Titubeó siempre la opinión judía acerca del bolcheviquismo. Se le recibió al principio con







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