Page 109 - Pacto de silencio
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16 ARGUMENTOS EN DEFENSA DEL ACEITE
El cesado director en funciones del Hospital del Rey, lejos de alimentar
resentimientos y de desentenderse de la historia, continúa intentando en este mes de
Julio de 1981 que el Gobierno le escuche, que alguien con capacidad para actuar a
nivel nacional ponga en marcha los recursos necesarios para esclarecer realmente lo
sucedido, cuando se está aún a tiempo de mejorar sensiblemente la situación de los
afectados.
De ello se lamenta durante la reunión que pidió se convocara, el 24 de noviembre
de 1981, en la cual expuso someramente sus estudios, y recordó: «Tened en cuenta
que hicimos que se dijeran en el Consejo de Ministros de mediados de julio, nuestros
trabajos, que los conoce el ministro nuestro desde el 28 de julio, que los conoce
Sánchez-Harguindey desde ese mismo día y desde antes, que siempre hemos dicho
que queríamos hablar con la Administración, que ha sido la Administración la que no
ha hablado y que hemos conseguido venir hoy aquí gracias al secretario de Estado
para el Consumo, que si no todavía no habríamos venido».
A este respecto, los doctores F. J. Martínez Ruiz y María Jesús Clavera Ortiz, que
como ya queda dicho habían formado parte de la Comisión epidemiológica del PNST
de Presidencia del Gobierno, escribieron en agosto de 1984 las siguientes reflexiones
en su trabajo El Dr. Antonio Muro y su investigación del síndrome tóxico:
Es muy fácil demostrar, ahora o en el futuro, que hasta el presente el Dr. Antonio
Muro sólo ha recibido de la Administración el fulminante e injustificable cese de
empleo como Subdirector activo y Director en Funciones del Hospital del Rey, junto
con el mantenimiento de su sueldo, único Ingreso que ha venido puntualmente
percibiendo de la Administración. A pesar de vulnerar claramente la legislación
vigente sobre funcionarios, esta situación de suspensión de funciones permanece sin
decidirse ni resolverse después de tres años de espera y varios cambios de gobierno.
Posiblemente sea el único funcionario conocido en estado de suspensión indefinida y
no fallada de funciones (por ahora lleva más de 3 años), motivada por el hecho de
haber actuado heroicamente en una emergencia nacional, haber dicho la verdad a
sus superiores y haber acertado en sus investigaciones sobre la forma de
transmisión, características de la enfermedad, orígenes de la epidemia, etc. etc.
En el seno de una densa y virulenta campaña de descrédito que aún hoy en día colea
(aunque cada vez con menos fuerza), el Dr. D. Antonio Muro ha costeado
enteramente de su bolsillo toda una intensa y extensa investigación epidemiológica,
clínica toxicológica, Comercial-industrial, etc… desarrollando una profunda
recopilación de información y de trabajo de campo que la han convertido sin duda
alguna en el principal conocedor del tema.
Podemos atestiguar que posee una notable información (tanto la accesible como la
teóricamente «no accesible») sobre los insospechados múltiples aspectos de la
realidad extraoficial de la epidemia. Asimismo posee mucha mayor información
sobre las erróneas hipótesis oficiales y su evolución que la que hemos podido
encontrar en el Plan Nacional para el Síndrome Tóxico, el centro Nacional de
Alimentación y Nutrición de Majadahonda, el Centro Superior de Investigaciones
Científicas, Instituciones y Laboratorios nacionales e internacionales, etc. etc.
Ello ha sido debido a que, a diferencia de los científicos oficiales mercenarios:
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