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RASSINIER : La mentira de Ulises
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CAPÍTULO V
NAUFRAGIO
Lo que pasó seguidamente no tiene gran interés.
En diciembre de 1944, Dora es un gran campo. Ya no depende más de Buchenwald,
sino que Ellrich, Osterode, Harzungen, Ilfeld, etc., en vías de construcción, dependen de él.
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( ) Los convoys llegan allí directamente, como en otro tiempo a Buchenwald, allí son
desinfectados, numerados, y repartidos en los subcampos. Ahora se está en los números de
registro que pasan de 100.000. Todas las noches, los camiones traen cadáveres de los
subcampos para ser quemados en el crematorio. La rueda sigue rodando...
Se termina el bloque 172: el teatro-cine y una biblioteca funcionan para la gente de la
H-Führung y sus protegidos; las mujeres instaladas desde hace unos meses en el burdel hacen
frente a las necesidades de esa misma clientela. Los bloques son confortables: llega a ellos el
agua, también la radio, las camas están alineadas, sin sábanas pero con jergón y manta. El
período de opresión ha pasado, los de la S.S. son menos exigentes, su meta, la terminación
del campo, ha sido alcanzada; pero están más atentos a la vida política, se excitan sobre
complots imaginarios y persiguen con firmeza los actes de sabotaje, que son reales y
numerosos.
Todas estes majoras materiales no traen sin embargo a la masa de detenidos el bienestar
que prometen: la mentalidad de la gente
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vivir en los edificios la vida que ellos pasaron con los medios de su época, se ensañan en
hacernos una vida lo más cercana posible a la que ellos conocieron en los comienzos de los
campos. Así va el mundo.
En la noche del 23 al 24 de diciembre, un comando ha montado en la plaza, bajo
vigilancia, un gigantesco árbol de Navidad que a la mañana siguiente, a las cinco y media, en
el momento de reunirnos para la salida al trabajo, resplandece con sus luces multicolores. A
partir de este día y hasta la Epifanía, hemos escuchado todas las noches, antes de rompar filas,
el O Tannenbaum, interpretado por el Musikkommando... Escuchar con recogimiento era una
obligación a la cual sólo podía uno sustraerse arriesgándose a los golpes.
En cuanto a este del bienestar, entran en juego dos elementos inesperados: el avance
conjugado de rusos y angloamericanos ha hecho evacuar los campos del Este y del Oeste a
Dora, y los bombardeos cada vez más intensivos impiden un abastecimiento normal.
A partir de enero, no han cesado de llegar convoys de evacuados en un estado
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indescriptible. ( ) El campo, concebido para una población de unas 15.000 personas alcanza a
veces las 50.000 y más. Duermen dos y tres por lecho. No se recibe más pan, pues no llega la
harina: en su lugar se reciben dos o tres patates pequeñas. La ración de margarina y salchichón
es reducida a la mitad. Los depósitos se vacían en la medida en que la población aumenta, por
ello se habla de distribuir sólo medio litro de sopa en vez de uno. Más vestidos para
reemplazar a los que están fuera de uso: Berlín no envía más. Más botas: se saca el major
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La H-Führung de estos campos estaba en manos de los verdes que la H-Führung roja de Dora habla enviado allí
para desembarazarse de ellos y evitar su vuelta al poder.
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Vésae en el prólogo el relato de un transporte de evacuación vivido por el autor.
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