Page 353 - LA GUERRA INUTIL - ARVEUS
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“La guerra inútil”
sueño. Apenas ahora que han muerto miles,
comienzan a abrir el primer ojo que sigue pegado
con lagañas secas, y no deciden si seguir
entregados al placer o lavarse la cara. Como los
niños que no quieren ir a la escuela, muchos
continúan deseando seguir dormidos. La realidad,
─los seres humanos siempre lo han sabido─ es
dura y difícil de soportar. No falta quien rentó un
cuarto de hotel, de preferencia un hotel
extranjero, para seguir bailando y riendo, o seguir
cuchicheando del terror en la seguridad y el
confort del hogar.
"No es fácil." Todos lo repetimos. "No, no es
fácil." Por eso sólo los más adelantados, los más
arriesgados e intrépidos, convencidos de que
continúa abierto el último venero de vida sobre el
que se levantó Monterrey, y cuyo monumento
más perfecto es el Parque Fundidora con su
ancestral ojo de agua de Santa Lucía, se atreven a
levantar la voz (aunque sea virtual). Pero no es
fácil, y, por ello, de los diez o cien o mil que
levantaron la voz casi todos eligieron el camino de
las pequeñas luchas. Las pequeñas luchas son el
origen de las grandes. Ninguna acción legítima y
auténtica puede ser despreciada. Sin embargo, en
Monterrey sucede un fenómeno paradigmático:
las pequeñas acciones, las acciones civiles,
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