Page 70 - Novelas
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02 OBRAS DE SELGAS.
—Celia es mi única esperanza.
Baal soltó una espantosa carcajada.
— ¿De qué te ríes?
— De ti.
— ¿Acaso conoces tú á Celia?
— Sí; conozco á todas las mujeres.
—¿Y bien?....
— Celia es mujer.
Elias ladeó la conversación , como el avaro
que oculta el tesoro que quieren robarle, y le
dirigió esta pregunta
—¿Hace mucho tiempo que estás en Madrid?....
—Poco (contestó); he llegado hoy mismo.
—El amor á la patria te ha empujado aL fin
hacia el cielo que te vió nacer.
—No yo no tengo patria me es indiferente
;
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cualquier parte del mundo.
—Entonces , ¿qué te ha traído?
—Tú.
— ¡Yo!
— Sí. Los periódicos de Madrid anunciaban tu
boda, y el ruido de las fiestas que se preparaban
corrió por todos los periódicos del mundo. Yo
asisto á todas las grandes fiestas con que el
mundo celebra su grandiosa opulencia.... Me
convido , y aquí me tienes.
Estas palabras recordaron á Elias que se ha-
llaba con un pie en el sepulcro, y que aquel era
el último día de su vida , y pasó por su pen-