Page 138 - Orgullo y prejuicio
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CAPÍTULO XXV





                     Después  de  una  semana,  pasada  entre  promesas  de  amor  y  planes  de
                felicidad, Collins tuvo que despedirse de su amada Charlotte para llegar el

                sábado a Hunsford. Pero la pena de la separación se aliviaba por parte de
                Collins  con  los  preparativos  que  tenía  que  hacer  para  la  recepción  de  su

                novia; pues tenía sus razones para creer que a poco de su próximo regreso a
                Hertfordshire  se  fijaría  el  día  que  habría  de  hacerle  el  más  feliz  de  los

                hombres.  Se  despidió  de  sus  parientes  de  Longbourn  con  la  misma
                solemnidad  que  la  otra  vez;  deseó  de  nuevo  a  sus  bellas  primas  salud  y

                venturas, y prometió al padre otra carta de agradecimiento.
                     El  lunes  siguiente,  la  señora  Bennet  tuvo  el  placer  de  recibir  a  su
                hermano y a la esposa de éste, que venían, como de costumbre, a pasar las

                Navidades  en  Longbourn.  El  señor  Gardiner  era  un  hombre  inteligente  y
                caballeroso, muy superior a su hermana por naturaleza y por educación. A

                las  damas  de  Netherfield  se  les  hubiese  hecho  difícil  creer  que  aquel
                hombre que vivía del comercio y se hallaba siempre metido en su almacén,

                pudiera estar tan bien educado y resultar tan agradable. La señora Gardiner,
                bastante más joven que la señora Bennet y que la señora Philips, era una

                mujer encantadora y elegante, a la que sus sobrinas de Longbourn adoraban.
                Especialmente las dos mayores, con las que tenía una particular amistad.
                Elizabeth y Jane habían estado muchas veces en su casa de la capital. Lo

                primero que hizo la señora Gardiner al llegar fue distribuir sus regalos y
                describir  las  nuevas  modas.  Una  vez  hecho  esto,  dejó  de  llevar  la  voz
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