Page 42 - 5o-SECUNDARIA_Neat
P. 42
Tema No. 3
GENERACIÓN 98
regeneración de España basada en la exaltación de lo español.
• Las novelas de Unamuno son una expresión de las ideas de sus ensayos filosóficos.
Planteamiento filosófico:
Se ha considerado a Unamuno como uno de los Existencialistas del siglo XX. Plantea el problema
de la realidad desde el punto de vista del “yo” personal en su mundo, completamente aislado por la
muerte y completamente dependiente de la vida. Su existencia (su yo) procede de su esencia (su mun-
do), pero cobra conciencia solo como ser en el mundo.
Piensa que la vida del hombre es un desnacer que le lleva a la muerte. El desnacer es la lucha por la
vida, que es su destino. El conocimiento de esta situación es lo que Unamuno llama “el sentimiento
trágico de la vida”.
“Vida de Don Quijote y Sancho”
Bajo este título, el gran escritor español Miguel de Unamuno escribió un ensayo que constituye
un largo comentario, capítulo a capítulo, de la obra cervantina. Para Unamuno, la vida del caballero
de la fe, Alonso Quijano, se ofrece como la más apta y eficiente para ser transcrita de acuerdo al ideal
filosófico ya expresado en otras obra, según el cual, repudiadas las morales utilitarias y positivistas
como inferiores a la trágica esencia de la realidad humana, no resta sino aferrarse a la “voluntad de
creer” en el destino inmoral del hombre. Por ello acepta la interpretación común según la cual el ca-
ballero era un loco, reconociendo aquella locura como un sentimiento más intenso de la personalidad
y el deseo de lo eterno. Es natural que con este criterio, la primera aventura (el encuentro en la posada
con las dos pobres meretrices que él llama doncellas) sea interpretada como un primer acto dirigido
a purificarse del mal y a redimirse de la injusticia social. Más tarde, cuando se da el encuentro con
los mercaderes que se resisten a reconocer los dotes de Dulcinea, el caballero recibe la peor parte, el
autor ve simbolizado en la aventura el drama fatal de quien quiere hacer triunfar la verdad del espíritu,
42