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Este eje es muy importante trabajar con los niños ya que
creemos que es necesario conocer nuestro cuerpo para
poder protegerlo, además nos proponemos trabajar sobre
esta concepción más amplia de salud, promoviendo en
chicos y chicas el cuidado integral de la misma, tanto
desde el punto de vista físico como psíquico y social. Se
trata de que, al crecer, los chicos y las chicas aprendan
nuevas actividades para cuidarse y también para cuidar a
otros y a otras.
Desde la ESI, este eje busca el reconocimiento del cuerpo
sexuado y sus distintos cambios como parte fundante de
la identidad de las personas. En este sentido, adquiere
particular relevancia el fortalecimiento de la autoestima y
la autonomía, con la finalidad de adoptar decisiones sobre
la salud en general, y la salud sexual y reproductiva en
particular, que permitan vivir una sexualidad sin ningún
tipo de coacción, violencia, discriminación, enfermedad o
dolencia.
Entre los intereses de las niñas y niños que están en la
etapa escolar, ocupa un lugar central el conocimiento de
su cuerpo, así como las diferencias entre chicos y chicas y
con las personas adultas. Es importante que los/as
docentes y las familias, respondan a estos intereses,
cuidando que el vocabulario que utilizamos no lleve
implícitas connotaciones peyorativas hacia determinadas
partes del cuerpo, esto significa que podemos hablar con
total naturalidad sobre el tema.
Como integrantes de familia, podemos explicarles que las
niñas y los niños tienen diferencias corporales. Algunas
están dentro del cuerpo y otras se ven a simple vista; estas
últimas son los órganos genitales externos. En los varones,
se ven el pene y el escroto, que es la bolsita que contiene
los testículos y, en las nenas, la vulva. La vulva está
formada por pliegues de piel, que forman los labios
mayores y menores.
También podemos explicar que el cuerpo tanto de los
varones como de las mujeres va cambiando a medida que
crecen.
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