Page 23 - El retrato de Dorian Gray (Edición sin censura)
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                                           L ENTRAR VIERON a Dorian Gray. Estaba sentado

                                           junto al piano, dándoles la espalda, mientras pasaba
                                           las páginas de un volumen de Escenas del bosque de
                                           Schumann.
                                                                                            ⁠
                                               —Tienes  que  prestármelas,  Basil  —exclamó⁠—.
                                           Quiero  aprender  a  tocarlas.  Son  absolutamente
                                           encantadoras.
                                               —Eso depende por completo de cómo poses hoy,
               Dorian.

                    —Oh,  estoy  cansado  de  posar,  y  no  quiero  un  retrato  del  natural  mío
                  ⁠
               —respondió el muchacho, girándose en el taburete del piano de una manera
               intencionada y petulante.

                    Cuando reparó en lord Henry, un leve rubor coloreó por un momento sus
               mejillas, y se levantó.
                    —Te ruego disculpas, Basil. No sabía que estabas acompañado.
                    —Te  presento  a  lord  Henry  Wotton,  Dorian,  un  viejo  amigo  mío  de
               Oxford.  Acababa  de  decirle  el  magnífico  modelo  que  eres,  y  ahora  lo  has

               estropeado todo.
                    —No ha estropeado el placer de conocerlo, señor Gray —⁠dijo lord Henry
                                                                        ⁠
               dando un paso adelante y estrechándole la mano—. Mi tía con frecuencia me
               ha hablado de usted. Es uno de sus favoritos, y me temo que también una de
               sus víctimas.
                    —Estoy ahora en la lista negra de lady Agatha —⁠respondió Dorian con
                                                              ⁠
               una divertida mirada de arrepentimiento—. Prometí acompañarla a su club en


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