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                  Pero déjame decirte algo: tenemos por delante 365 días para hacer todo lo
                  que nos gustaría, para que pueda decirte todo aquello por lo que te AMO y
                  por lo que quiero darte las gracias.

                  A tu lado el tiempo pasa muy deprisa. Volvemos a brindar por nosotros y
                  por la gente que nos quiere, volvemos a lucir nuestras mejores galas y a
                  recordar todo lo que hemos vivido, todos los momentos tan bellos que el año
                  nos ha permitido vivir y todas las anécdotas que quedarán para siempre
                  grabadas en nuestras memorias y, por supuesto, en nuestro corazón.

                  En  este  Año  Nuevo  mi  mayor  propósito  será  el  de  seguir  compartiendo
                  momentos  y  sueños  juntos,  y  el  de  seguir  abrazándote  tan  fuerte  como
                  siempre.

                  Sabes de sobra que quiero seguir apoyándote en todo, pero nunca está de
                  más recordártelo.

                  Por eso, en esta carta de amor de Año Nuevo quiero que sepas lo importante
                  que eres para mí y que te has convertido en una persona esencial en mi vida.

                  Te amo y quiero que sigamos siendo siempre nosotros mismos, que sigamos
                  teniendo  noches  de  mantita  y  peli,  pero  también  de  fiestas  con  nuestros
                  amigos.

                  Quiero que sigamos compartiendo esos espacios en los que solo importamos
                  tú y yo, y que el resto del mundo se desvanezca ante nosotros.

                  Sabes  que  yo  no  soy  mucho  de  expresar  mis  sentimientos  mandándote
                  mensajes  y  mucho  menos  escribiéndote  una  carta,  a  mí  me  gusta  más
                  demostrarte con hechos todos mis 'te amo'.

                  Te amo y te lo grito mientras preparo una cena romántica para los dos en
                  casa.

                  Te amo y no me canso de repetírtelo cuando los domingos lluviosos y fríos
                  nos quedamos bajo la mantita viendo pelis.

                  Pienso que las palabras van y vienen, pero esos ratitos disfrutando el uno
                  del otro perduran en nuestra memoria siempre.


                  Nos hacen revivir todo eso que hizo que nos enamoráramos como completos
                  idiotas.




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