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En verdad te doy gracias por dejarme conocerte tal y como eres, por darme
permiso para explorar por cada rincón de tu vida y hacer mías las fantasías
más cohibidas.
Te doy gracias por dejarme saber que existes, por dejarme pensar que como
yo nadie podrá amar, por darle las respuestas más obvias a las preguntas
más complicadas sobre mi vida.
¿Por qué te amo tanto? Es muy simple, mi amor... te amo tanto por dejarme
reencontrarme conmigo mismo, con mi espíritu, con mi alma.
¿Por qué Dios te puso en mi camino?... Sencillamente, porque sólo alguien
como tú podría llenarme de felicidad.
Vida mía, eres lo más grande y hermoso que me ha pasado en la vida.
Nuestra felicidad y dicha no se mide por cuanto dinero tenemos, más bien
se mide por la gran dicha y felicidad de tenerte.
Despertar cada mañana a tu lado es un regalo invalorable, pero sobre todo
saber que estás ahí a mi lado, en lo bueno y en lo malo, así como yo al tuyo
incondicionalmente.
Te amo por ser esa mujer maravillosa que eres.
Te amo porque me llenas en todos los sentidos.
Te amo porque eres un ángel hecho mujer para mí.
Te amo por la eternidad. Tuyo, mía, nuestro. MI CORAZÓN ES TUYO
Yo sé que me he equivocado, me equivoco y me seguiré equivocando muchas
veces, pero no me equivoqué al entregarte mi corazón.
Tal vez tú no lo pienses así, pero para mí eres la persona perfecta y especial
que esperaba con tantas ansias.
Eres perfecta para mí: tus labios dulces, tus ojos llenos de ternura me
hicieron entender que no era una equivocación entregarte mi corazón, que
eres la persona que lo sabrá cuidar.
Tú eres la persona perfecta a quien le puedo confiar mi vida entera.
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