Page 1776 - HASTA MAYO
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UN AMOR... SENCILLAMENTE ¡UN AMOR!
Con los pensamientos alborotados en mi cabeza... te pienso y reflexiono...
¿Cuándo el silencio más quieto y suave se transforma en el alba?
¿Cuándo esa palabra tuya se pronunció para tocarme el alma?...
Hoy ya tranquilo después de tantos devenires, me doy la calma... mi amor...
para escribirte con mi corazón abierto.
En ese instante en que se cruzaron nuestras miradas, en ese segundo de
maravillosa magia, supe que mi destino estaba ya delineado, delimitado y
cerrado... junto a ti.
Cómo engañar a mi corazón que se doblegaba ante la razón; porque hacerlo
...pensaba... y corrí al encuentro de tu ser,... ¡de tu maravilloso ser!
Hoy después de ya convencernos que no podemos vivir alejados... que no
debemos callar el amor sublime y eterno que nos embarga... hoy... te ofrezco
mi amor mi existencia, mi razón y mi alma intacta de mieles y sabores dulces.
Toma de mí la esencia de mi derroche... propaga en tu espíritu mis besos de
cada noche, mirémonos a los ojos amado eterno, con esa mirada de verde a
verde... pronunciemos palabras suaves que repleten los tuyos y los míos...
nuestros albergues.
Tenía necesidad de expresarte en esta simple carta que eres y serás el amor
más profundo y el único que he conocido y que no pienso por ningún motivo
dejarlo a la deriva y a los vaivenes de tu barcaza en alta mar.
Regaremos de rosas frescas esa cubierta, las esparciremos como arena del
desierto sobre la madera de nuestras esperanzas, bailaremos suave como
cada noche el sueño y la añoranza... de que este amor grande y hermoso...
nunca se acaba...
¡al llegar el alba!
Mi amor:
Tú eres la mujer de mis sueños y en esta carta he decidido decirte cuánto te
amo, mi amor. Lo que generas en mi ser es pura magia sólo por estar a mi
lado. No tengo que contarte las razones por las que te amo, ya que las
conoces muy bien, pero aun así quería decirte que hoy he descubierto algo,
y es que con el sonido de tus palabras guía mi razón, y con el movimiento de
tus manos marcas los latidos de mi corazón, dirigiendo la más bella melodía
que es la que me lleva a amarte.
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