Page 599 - HASTA MAYO
P. 599
Carta de amor
Cada mañana al despertar, agradezco el milagro de estar vivo, pues tengo la dicha de
compartir cada uno de mis días con la mujer más hermosa, bondadosa y tierna que
existe sobre la faz de la Tierra.
Con ella, puedo ser yo mismo y sentirme amado y valorado sin necesidad de fingir, y es
ella quien me ha enseñado lo bonito que se siente estar enamorado y gritarlo a los
cuatro vientos, sin miedo al qué dirán.
Con ella, he aprendido tantas cosas, que ahora puedo decir que soy mejor de lo que
era ayer, y sé que, si permanezco a su lado, seguiré siendo una mejor versión de mí,
porque ella me inspira y me motiva a ser mejor cada día.
Por si te queda una duda, esa mujer eres tú, y quiero que sepas lo afortunado que me
siento porque te tengo en mi vida y porque comparto contigo un amor tan profundo y
tan inmenso como las aguas del mar.
Te amo mi vida.
Mi vida entera está en tus manos, porque me has dejado tan enamorado que solo vivo,
siento y respiro por ti; y es que desde que te conocí, no he parado de pensar en ti y en
lo maravilloso que es el tiempo a tu lado.
Eres una mujer extraordinaria, inteligente y hermosa, no solo por fuera, sino también
por dentro, pues la belleza de tu corazón es precisamente lo que me atrapó y lo que me
hizo amarte desde el primer momento.
Sé que quizás no hemos estado juntos durante mucho tiempo, pero tú has llegado a
encender cada espacio de mi alma y cada rincón de mi ser, y me has enloquecido,
porque ahora solo vivo para ser tuyo y para hacerte feliz cada día de mi vida.
Sin lugar a dudas, estoy enamorado hasta las trancas y la única culpable eres tú, que,
con tus besos, tus caricias y tus ocurrencias me has hecho abrir mi corazón para
escribirte una carta de amor. Té amo mi vida.
Escribo estar bonitas palabras para que sepas lo mucho que te amo y que el tiempo que
he compartido a tu lado ha sido el más maravilloso de mi vida entera.
Cuando te conocí, sentí mucho miedo, pues temía que mi corazón saliera lastimado si
me atrevía a amarte y a entregarme por completo. Sin embargo, tú me demostraste que
no había nada que temer y, poco a poco, fuiste ganándote mi confianza y mi afecto,
hasta que terminé rendido a tus pies.
Ahora tenemos juntos una preciosa relación, a la que no le cambiaría absolutamente
nada, pues cada instante, cada alegría y cada tristeza, ha sido necesaria para
fortalecer este vínculo tan hermoso que nos une y que nada ni nadie podrá romper.
599