Page 638 - HASTA MAYO
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Yo quiero ser el refugio donde te resguardas cuando sientes miedo, cuando
estás cansada, o cuando tan sólo necesitas caricias y los besos de mis labios.
También te digo a través de un te amo, que mi anhelo de tu presencia es
inmenso. Que todas las luces del cielo me recuerdan tu rostro y cuando ellas
parpadean es cuando más sonrío porque te veo iluminándome con tu luz. La
misma luz cálida y suave que percibo de tu mirada, mirada que me envuelve
por completo.
Tú eres la otra mitad de mi corazón, mi par, mi complemento… Mi necesidad
de ti es mucha. Mi corazón palpita tu nombre todo el tiempo. Eres tú lo
primero que pienso y lo último que recuerdo en cada día. En mi mente tan
sólo estás tú. Mis ojos se iluminan al verte y mi ser se emociona al escuchar
tu voz, así es mi querido amor.
¿Cuánto falta para que tus ojos se encuentren con los míos? No lo sé, pero
te siento tan cerca ahora mismo que el tiempo ya no importa. Estás adherido
a mi alma, si doy un paso entonces tú también avanzas conmigo. Cuánto
bien me has hecho a lo largo del camino. Te amo… ¡cuánto te amo!
Detrás de un "te amo".
Mi amor, mi pedacito de cielo, cuánto añoro de tus labios un beso. Cuánto
quiero verte en este instante y decirte muchas cosas más, porque aún tengo
mucho por decirte, hay tanto aún detrás de esa frase, pero no me alcanzan
las palabras ¡y es que no las hay!
Para el amor no existe un diccionario ni un alfabeto, ni una regla
ortográfica ni gramatical definida, y aun así tiene el maravilloso don de
comunicarse en todo momento, actúa con su propia lógica y posee su
característica forma de expresión, sí, así es el amor.
¿Cuáles son las palabras que necesito para hablarle a una célula de mi
cuerpo? ¿O al átomo, a un poro o tal vez a la sangre que corre por mis
venas? No puedes agarrar a ninguno de ellos y hablarles esperando que
entiendan un lenguaje, unas palabras que tratan de explicar algo.
No puedes tomar la energía que rodea el cuerpo e intentar hablar con ella,
sin embargo, esas cosas existen, aunque tengan “un lenguaje propio”, así
es el corazón que no depende de un lenguaje porque él es autónomo, es capaz
de pensar, decidir y elegir a su antojo, además de ser capaz de comunicarse
en todos los niveles sin tanta dificultad.
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