Page 660 - HASTA MAYO
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Hechizo de amor.


                  Eres la primavera que le da dulzura a estos versos, eres la mujer cuyas
                  manos tienen la delicadeza para aliviar mis tristezas, y las mías poseen el
                  amor que necesitas para endulzar tus proezas, haciendo del paisaje el lienzo
                  más hermoso reflejando tu belleza.

                  He recorrido mil distancias, pero ningún camino es tan bello como ir de tu
                  mano,  he  tropezado  mil  veces,  pero  ahí  has  estado  siempre  tú,  cuando
                  gritaba de dolor; fuiste un apoyo constante…por esto doy testimonio de fe y
                  amor como humilde escribano, de este sentimiento lindo que me embarga,
                  expresándote mi cariño con mis propias manos.

                  Comienzo a rimar la historia del por qué eres el amor de mi vida, la maga
                  que  hechizo  de  encanto  mi  mundo,  haciendo  de  éste  un  paraíso,
                  convirtiéndome  en  tu  títere  cada  vez  que  sientes  que  por  tus  manos  me
                  deslizo, sintiéndote ahora sí segura que nunca pronunciaré una despedida.

                  Hablar de ti es incansable, pues tú eres mi inspiración, tú le das alegría al
                  ser que yo vivo, tú eres un encanto y divinidad mujer, tú me provocas, me
                  emocionas, haces nacer en mí la pasión; cada vez bajo mis sabanas cuando
                  tu olor percibo, sumergiéndonos en la fuente de vida y placer.

                  He de terminar estos humildes versos, sellando en ellos mi más grande
                  ilusión, ven camina siempre junto a mí, te lo pido de favor, bajo esta estrella
                  hermosa que nos invita a llegar juntos hasta nuestro redentor, implorando
                  siempre por este lindo sentimiento tras una sencilla oración.

                  Amor, acompáñame,  que  Dios  está dispuesto  hacer  maravilloso  nuestro
                  destino, acompáñame a envejecer, a cuidar a nuestros hijos…; sé siempre
                  tú a la que ame fielmente mi corazón, y se tú la que, en un sarcófago, algún
                  día me estés enterrando.

                  Recuerda que, si he de faltarte, mi alma ha de quedar para cuidarte, no te
                  preocupes mi amor, que nada ni nadie te lastimará, no me llores, vela por
                  mis hijos, por el mundo que construimos; pues desde donde éste mi vida
                  seguirá siendo tuya, porque te amo y siempre te amaré.










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