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285 “Inmediatamente me puse a preparar el sermón, pero
286 debo decir con franqueza que la tarea no fue difícil,
287 porque había estado preparándolo durante casi dos años.
288 ¡El espíritu que había tras él era parte de mí!”
289 “Mucho antes de la medianoche había terminado de
290 escribirlo. Me acosté y me quedé dormido con una
291 sensación de confianza, pues ya podía verme en posesión
292 del millón de dólares”.
293 “Por la mañana me levanté temprano, tomé un baño, leí
294 el sermón y luego me arrodillé para pedir que mi sermón
295 llamara la atención de alguien que pudiera
296 proporcionarme el dinero necesario”.
297 “Mientras estaba rezando volví a tener esa sensación de
298 seguridad de que el dinero se estaba aproximando. Con
299 toda la emoción, salí de casa sin el sermón y no me
300 percaté del descuido hasta que estaba en el púlpito listo
301 para empezar a hablar”.
302 “Era demasiado tarde para volver a casa a buscar los
303 apuntes, ¡Y qué suerte que no pudiera hacerlo! En lugar
304 de eso, mi propio subconsciente me entregó el material
305 que necesitaba. Cuando me levanté para empezar el
306 sermón, cerré los ojos y hablé con todo el corazón y el
307 alma acerca de mis sueños. No sólo hablé con mi
308 público; también creo que me dirigí a Dios. Expliqué lo
309 que haría con un millón de dólares si tuviera esta
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