Page 274 - TAGR-4 Spanish

680 Existe un antiguo refrán que dice: “la esposa de un hombre puede elevarlo o
681 hundirlo”, pero el motivo no siempre se comprende. La “elevación” o el
682 “hundimiento” son el resultado de la comprensión o la falta de ésta que tenga
683 la mujer sobre las emociones del amor, el sexo y el romanticismo. A pesar del
684 hecho de que los hombres son polígamos por la naturaleza de su herencia
685 biológica, lo cierto es que ninguna mujer tiene tanta influencia en un hombre
686 como su esposa, a menos que esté casado con una mujer totalmente
687 inadecuada a su naturaleza. Si una mujer permite que su marido pierda el
688 interés por ella y se interese más por otras mujeres, normalmente se debe a su
689 ignorancia o indiferencia hacia los temas del amor, el sexo y el romanticismo.
690 Esta afirmación presupone, por supuesto, que alguna vez existió auténtico
691 amor entre un hombre y su esposa.
692 Esto también se aplica a un hombre que permite que su mujer pierda el interés
693 por él. Los matrimonios a menudo discuten por una multitud de trivialidades.
694 Si se analiza con detenimiento, la verdadera causa del problema normalmente
695 se halla en su indiferencia o ignorancia sobre esos temas. ¡La mayor fuerza
696 motivadora de un hombre es su deseo de complacer a una mujer! El cazador
697 que sobresalía en la prehistoria, antes de los albores de la civilización, lo logró
698 por su deseo de parecer importante a ojos de una mujer. La naturaleza del
699 hombre no ha cambiado a este respecto. El “cazador” de hoy no llega a su
700 hogar con pieles de animales salvajes, pero muestra su deseo por su
701 aprobación con el abastecimiento de buena ropa, coches y riquezas. El hombre
702 tiene el mismo deseo que tenía antes de los albores de la civilización de
703 satisfacer a una mujer. Lo único que ha cambiado es su método de complacer.
704 Los hombres que acumulan grandes fortunas y alcanzan grandes alturas de
705 poder y fama lo hacen, principalmente, para satisfacer su deseo de complacer
706 a las mujeres.
270