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707 Si les quitaran a las mujeres de sus vidas, las grandes riquezas serían
708 inservibles para la mayoría de los hombres. Es este deseo inherente del
709 hombre de complacer a una mujer lo que le da a la mujer el poder de elevar o
710 hundir a un hombre.
711 La mujer que comprende la naturaleza del hombre y lo satisface con tacto, no
712 tiene que temer a la competencia de otras mujeres. Los hombres pueden ser
713 “gigantes” con una fuerza de voluntad indomable cuando se trata de otros
714 hombres, pero se dejan dominar con facilidad por la mujer de sus deseos.
715 La mayoría de los hombres no admitirá que se deja influir fácilmente por su
716 mujer preferida, porque es su naturaleza querer que se le reconozca como el
717 más fuerte de su especie. Además, la mujer que es inteligente identifica este
718 “rasgo masculino” y muy sabiamente le resta importancia. Algunos hombres
719 saben que se dejan influir por la mujer de sus deseos sus mujeres, novias,
720 madres o hermanas, pero se abstienen discretamente de rebelarse contra esta
721 influencia porque son lo suficiente inteligentes como para saber que NINGÚN
722 HOMBRE ES FELIZ NI ESTÁ COMPLETO SIN LA INFLUENCIA
723 MODERADA DE LA MUJER ADECUADA. El hombre que no reconoce
724 esta importante verdad se priva a sí mismo del poder que, más que todos los
725 demás juntos, ha contribuido a ayudar al hombre a alcanzar el éxito.
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