Page 74 - RADIOLOGÌA
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8.- CONCLUSIONES
Los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes son la consecuencia de un número
importante de fenómenos desencadenados por la radiación a través de un medio biológico y
pueden producir alteraciones de la estructura y en la función de las células que pueden llegar a
ocasionar la muerte de las mismas.
Los efectos biológicos de la radiación dependen de la dosis y del tiempo en que esa dosis es
absorbida (tasa de dosis). La disciplina que establece los requisitos y recomendaciones en
referencia a la protección del hombre frente a las radiaciones ionizantes es la Radioprotección o
Protección radiológica.
Es fundamental contar con políticas claras con referente a la adquisición, el funcionamiento y el
control periódico de equipos y prácticas que utilicen radiaciones ionizantes, así como también
establecer normativas en lo referente a qué hacer con los desechos generados por estas
prácticas.
La incorporación de las tecnologías en cuanto a la radiación requiere generar previamente los
marcos legales, el personal capacitado para su uso y fiscalización, la educación continua de todo
el personal involucrado, desde los operarios hasta los pacientes y los ciudadanos. El desarrollo
acelerado de nuevas tecnologías nucleares y la incorporación de estas a diversas esferas de las
actividades en las sociedades es reconocido en general como un gran avance que ha permitido
combatir enfermedades y solucionar problemas impensables hace unas décadas.
Para poder proteger a las personas de los efectos perjudiciales derivados de la exposición a
radiación ionizante, es imprescindible conocer, hasta donde la información disponible lo permita,
todos los riesgos que supondrían para la salud dichas exposiciones. Todas las actividades
humanas acarrean riesgos aunque algunos de ellos puedan considerarse muy bajos. En otras
ocasiones, se aceptan actividades aun sabiendo que implican un riesgo elevado. Lo que sí
parece una actitud general es que estamos dispuestos a aceptar un riesgo a cambio de disfrutar
de los beneficios de una sociedad moderna, siempre que los riesgos no sean innecesarios o
fácilmente evitables.
Los límites se aplican a la suma de las dosis pertinentes procedentes de la exposición externa
durante el período especificado y de la dosis comprometida en 50 años (hasta los 70 años para
los niños) por incorporaciones durante ese mismo período. Con el requisito adicional que la
dosis efectiva no debería superar 50 mSv en un año cualquiera. Bajo condiciones excepcionales
se podría permitir una dosis efectiva más alta en un único año, siempre que la media de 5 años
no supere 1 mSv/año. La limitación de la dosis efectiva asegura una protección contra efectos
estocásticos. Hay límite adicional para las exposiciones locales para evitar los efectos
deterministas.