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APOCALIPSIS 18:12–24 1990
porque ninguno compra más sus y lamentándose, diciendo: ¡Ay,
mercaderías: ay, de aquella gran ciudad, en la
12 mercadería de oro, de plata, cual todos los que tenían naves
de piedras preciosas, de perlas, en el mar se habían enriquecido
de lino fino, de escarlata, de seda, de sus riquezas! ¡Porque en una
de grana, de toda madera olorosa, sola hora ha sido desolada!
de todo objeto de marfil, de todo 20 Alégrate sobre ella, cielo, y
objeto de madera preciosa, de co- vosotros, santos apóstoles y pro-
bre, de hierro y de mármol; fetas, porque Dios os ha hecho
13 canela, especias aromáticas, justicia en ella.
ungüentos, incienso, vino, aceite, 21 Y un ángel poderoso tomó
flor de harina, trigo, bestias, ove- una piedra, como una gran pie-
jas, caballos, carros, esclavos y dra de molino, y la echó al mar,
almas de hombres. diciendo: Con igual ímpetu será
14 Y los frutos codiciados por tu derribada Babilonia, la gran
a
alma se apartaron de ti; y todas ciudad, y nunca jamás será
las cosas suntuosas y espléndi- hallada.
das te han faltado y nunca más 22 Y no se oirá más en ti voz
las hallarás. de arpistas, ni de músicos, ni de
15 Los mercaderes de estas co- flautistas ni de trompetistas; y
sas, que se han enriquecido a no se hallará más en ti artífice de
costa de ella, se mantendrán le- oficio alguno; y no se oirá más en
jos por el temor de su tormento, ti ruido de molino.
llorando y lamentándose, 23 Y luz de lámpara no alum-
16 y diciendo: ¡Ay, ay, de aque- brará más en ti, ni voz de no-
a
lla gran ciudad, que estaba ves- vio ni de novia se oirá más en ti,
tida de lino fino, y de púrpura y porque tus mercaderes eran los
de escarlata, y estaba adornada magnates de la tierra, pues por
de oro, y de piedras preciosas y tus hechicerías todas las naciones
de perlas! han sido engañadas.
17 Porque en una sola hora han 24 Y en ella fue hallada la san-
a
sido desoladas tantas riquezas. gre de los profetas, y de los san-
Y todo capitán, y todos los que tos y de todos los que han sido
viajan en naves, y los marineros y muertos en la tierra.
todos los que trabajan en el mar,
se quedaron lejos;
18 y viendo el humo de su in- CAPÍTULO 19
cendio, dieron voces, diciendo:
¿Qué ciudad era semejante a esa Se prepara la cena de las bodas del
gran ciudad? Cordero — El testimonio de Jesús es
19 Y echaron polvo sobre sus el espíritu de profecía — Cristo es
cabezas y dieron voces, llorando Rey de reyes y Señor de señores.
21 a GEE Babel, Babilonia; 23 a Jer. 7:34. Morm. 8:27, 40–41.
Diablo—La iglesia GEE Esposo.
del diablo. 24 a 2 Ne. 28:9–10;