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651 2 REYES 18:26–19:1
ha dicho: Sube a esta tierra, y 33 ¿Acaso alguno de los dio-
destrúyela. ses de las naciones ha librado
26 Entonces Eliaquim hijo de su tierra de la mano del rey de
Hilcías, y Sebna y Joa dijeron al Asiria?
Rabsaces: Te rogamos que hables 34 ¿Dónde están los dioses de
a tus siervos en la lengua de los Hamat y de Arfad? ¿Dónde están
sirios, porque nosotros la enten- los dioses de Sefarvaim, de Hena
demos, y no hables con noso- y de Iva? ¿Pudieron éstos librar
tros en la lengua de los judíos a a Samaria de mi mano?
oídos del pueblo que está sobre 35 ¿Quién de entre todos los
el muro. dioses de las provincias ha li-
27 Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha brado a su provincia de mi mano,
enviado mi señor sólo para decir para que libre Jehová de mi mano
estas palabras a ti y a tu señor, y a Jerusalén?
no a los hombres que están sobre 36 Pero el pueblo calló y no le
el muro, quienes, como vosotros, respondió ni una palabra, por-
han de comer su propio estiércol que el rey había mandado: No
y beber su propia orina? le respondáis.
28 Entonces se puso de pie el 37 Entonces Eliaquim hijo de
Rabsaces y clamó a gran voz en Hilcías, que estaba a cargo de la
la lengua de los judíos, y habló, casa, y Sebna, el escriba, y Joa
diciendo: ¡Oíd la palabra del gran hijo de Asaf, el cronista, fueron
rey, el rey de Asiria! a Ezequías, con sus vestidos ras-
29 Así ha dicho el rey: No os gados, y le dijeron las palabras
engañe Ezequías, porque no os del Rabsaces.
podrá librar de mi mano.
30 Y no os haga Ezequías confiar
en Jehová, diciendo: Ciertamente CAPÍTULO 19
nos librará Jehová, y esta ciudad
no será entregada en manos del Ezequías busca consejo de Isaías
rey de Asiria. para salvar a Jerusalén — Isaías
31 No escuchéis a Ezequías, por- profetiza la derrota de los asirios
que así dice el rey de Asiria: Ha- y la muerte de Senaquerib —
ced conmigo la paz y rendíos a Ezequías ruega suplicando libe-
mí, y cada uno comerá de su vid y ración — Senaquerib envía una
de su higuera, y cada uno beberá carta blasfema — Isaías profetiza
las aguas de su pozo, que los asirios serán destruidos y
32 hasta que yo venga y os lleve que un remanente de Judá flore-
a una tierra como la vuestra, tie- cerá — Un ángel mata a ciento
rra de grano y de vino, tierra de ochenta y cinco mil asirios — Se-
pan y de viñas, tierra de olivas, naquerib muere a manos de sus
de aceite y de miel. Y viviréis y hijos.
no moriréis. No escuchéis a Eze-
quías, porque os engaña cuando Y ACONTECIÓ que cuando el
dice: Jehová nos librará. rey Ezequías lo oyó, rasgó sus