Page 5 - Revista Georgina y Luciano
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Allá por el año 2011, Luciano tomo un decisión, que como siempre, rompía
con lo habitual y lo esperado; pero que en ese entonces no tendría dimen- A plena madrugada Georgina salió de la habitación para ir al baño; en ese
sión de como re direccionaría su vida y como finalmente hallaría su rum- preciso momento Luciano hizo lo mismo…
bo, claro que para ello, ha- Allí, mientras Luciano ya
bría muchos obstáculos aun. se encontraba estableci-
Luciano, decidió dejar todo do y trabajando, Georgina
lo conocido, todo lo cómodo disfrutaba cada día de pla-
y se iría a trabajar, conocer ya y cada noche de fiesta,
otra cultura, otro país… se iría a probar donde además, conoció
su suerte a Brasil, o más bien sus capa- un compatriota con quien
cidades, habilidades y conocimientos. En compartir los ratos; claro
ese entonces no pudo percibir el alcan- que Luciano también te-
ce que más tarde tendría esa decisión. nía una compatriota con
Por su parte, Georgina pasaba por quien compartir.
una etapa en su vida muy distin- Entre las primeras noches
ta, el estudio, el trabajo, su nuevo ho- de la estadía de Georgi-
gar que iba construyendo de a poco, na y su amiga, hubo una
daban forma a su presente, siempre estable y estructurada, necesita- gran tormenta que ane-
ba un descanso, necesitaba diversión y aventura. Así fue como decidió, gó las calles y hasta hizo
de modo algo compulsivo, vacacionar en Brasil con una amiga –Joy- destrozos con locales del
pueblo. Paradójicamen-
te, eso hizo que las chi-
cas pusieran su atención
en ese grupito de amigos.
Una noche -24 de marzo de
2012-, Georgina se quedó
en casa de aquel amigo con
quien compartía momentos
– Mariano-. Él compartía la
habitación en aquella casita
de Buzios con un amigo, a quien pidió que esa noche la pasara con quien
era su pareja.
A plena madrugada Georgina salió de la habitación para ir al baño; en ese
preciso momento Luciano hizo lo mismo… en aquel pasillito, en la pequeña
casita, en una mañana calurosa, ellos se encontraron de frente, y avergon-
zados solo atinaron a sonreírse y volver cada uno a la habitación de la cual
venían.
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