Cachu, sin embargo, no ve ni el piano, ni los cuadros,
ni el sillón.
En cambio, ve una enorme estantería llena de libros.
— Cachu, no te puedes comer estos libros.
— ¿Por qué?
— Estos son los libros favoritos de
mi tía. Ven, en la primera planta
he visto unos periódicos viejos.
24