Page 15 - Lo Inevitable del Amor
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—Tonta, no se lo digas, que era sorpresa.
Da igual que Carla haya desvelado el secreto. De la cocina viene el aroma
inconfundible de los canelones, mi comida preferida. Sobre todo los que hace
Óscar, mi marido, que son los mejores del mundo.
Las niñas me arrastran hasta la cocina y allí está él terminando de servirlos
en la mesa.
—¡Hola, cariño! ¿Qué tal el día?
—Mucho lío, como siempre.
—¡Venga, niñas! —les digo—. Subid a la cama que papá y yo queremos
cenar tranquilos.