Page 348 - Águila Blanca_Neat
P. 348
La Gran Tribulacion
972. El tiempo de espera no era de parte de Moisés, sino
por causa de que el pueblo no estaba listo para recibirlo.
Moisés pensó que la gente entendería, pero no entendió. [LA
PALABRA DE DIOS VINO AL PROFETA WILLIAM MARRION
BRANHAM, “TOMA TÚ PLUMA Y ESCRIBE” (Tratado pequeño
rosado), páginas 1, 2, 3, 4. Impreso por Grabaciones la Voz de Dios,
P.O. Box 950, Jeffersonville, Indiana, E.U.A.]
973. Y un día, mientras vigilaba la manada, de repente vio
una zarza ardiendo allá en la cumbre de la montaña. Y subió
allá. Ahí esta el Dios de Abraham, en una Luz, una
Columna de Fuego ahí en una zarza. Y la Voz de la
Escritura, la Voz de Dios, habló a través de ahí y dijo: ―Te he
escogido a ti. Tú eres el hombre. Yo te levanté para este
propósito. Te estoy probando aquí mismo por medio de
señales, tú vas a librar a los hijos porque Mi Palabra tiene
que ser cumplida.‖ [¿PÒR QUÉ CLAMAS? ¡DÍ!, página 14;
párrafo 77, 78. Predicado un día domingo por la mañana, 14 de julio
de 1963, en el Tabernáculo Branham, en Jeffersonville, Indiana,
E.U.A.]
974. Cuando Moisés retornó de la montaña que estaba
ardiendo… Moisés había ido a Egipto (158) y le había dicho a
los padres eclesiásticos que Dios el Señor le había visitado en
el Nombre de ―Yo Soy‖, siempre el mismo, el mismo ayer,
hoy y por siempre.
975. Después que Moisés fue a Egipto y declaró esto,
entonces el Padre vindicó su mensaje viniendo al Monte
Sinaí en el mismo Pilar de Fuego y encendiendo el monte
en fuego. ¿Notaron a quien le dio Él la promesa? Él lo trajo
con la Palabra.
976. Así que la Palabra viene siempre al profeta, y él
era el profeta para aquella ocasión.
(158) Apocalipsis 11:8
349