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Águila Blanca

           1068.  Ahora,  Él  vino  primero  en  el  Hijo  del  Hombre,
                                                 porque  Él  era  un
                                                 Profeta.  (178)  Ahora,
                                                 Jehová  mismo  llamó
                                                 a  Ezequiel  y  a  los
                                                 profetas,  ―hijo  de
                                                 hombre,  ¿qué  ves
                                                 tú?‖ (179) Él  tuvo que
                                                 venir  como  Hijo  del
                                                 Hombre,  porque  la
                                                 Santa Escritura dijo
                                                 que  Él  lo  haría:
                                                 “Dios  les  levantará
           un Profeta”. (180)  Así que Él no podía venir llamándose a Sí
           mismo el Hijo de Dios, porque ésa no era la dispensación. Él
           era  el  Hijo  del  Hombre  profetizando,  (181)  para  cumplir  y
           revelarles  a  ellos  todas  las  cosas  que  habían  acontecido  y
           tipificando lo que Él era.

           1069.  Entonces,  Él  estuvo  en  la  tierra  como  el  Hijo  del
           Hombre. (182) Entonces después que el Espíritu Santo vino,
           (183) Él fue entonces el Hijo de Dios. Dios es un Espíritu. Él
           era el Espíritu Santo, el Hijo de Dios. Él vivió a través de
           las edades de la iglesia como el Hijo de Dios. Ahora, en el
           Milenio, Él será el Hijo de David, sentado sobre el Trono
           de Su Padre David. (184)  El es el Hijo de David. Y en Lucas
           (185), Él dijo que Él sería revelado otra vez como el Hijo del
           Hombre, el Profeta, cumpliendo el resto de ello. ¿Ven? Las
           Escrituras se enlazan perfectamente.




           (178) San Lucas 24:19 (179) Ezequiel 2:1-3
           (180) Deuteronomio 18:15-19; (181) Daniel 7:13-14
           (182) San Mateo 8:20; 9:6; (183) Hechos 2:1-4;
           (184) Jeremías 23:5; 33:17; Apocalipsis 19:11-16
           (185) Lucas 17:30

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