Page 122 - Historia política y militar de Napoleón Bonaparte, puesta en su verdadero punto de vista

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1802. ya no necesitaba la conquista del Egip- se hallaba á la otra parte de los mares.
to para el logro de sus planes, habia Pensaban algunos que le interesaba
abandonado aquel ejército á la suerte. comprimir la rebelión declarada en la
Al fin, hubo un momento en que la isla de Santo Domingo, cuando para
paz convino á Napoleon y á la Inglater- sujetar á aquellos habitantes envió una
ra ; .y entonces fue cuando se hizo, fir- expedición tan formidable como des-
mándose en Amiens el 25 de marzo de graciada. Pero no tardó en verse que
1802. Mas esta paz solo fue una tre- aquella expedición fue dictada por el es-
gua de poco tiempo. Por el tratado, la píritu de la política maquiavélica que
Inglaterra restituyó á la Francia y á sus dirigía todas las operaciones de Bona-
abados las posesiones que les habia to- parte. Todavía quedaban en Francia
mado en los diez años anteriores; al pa- elementos para oponer un dique al des-
so que conservó el dominio de la isla de pótico poder de que abusaba en su pro-
la Trinidad y de las plazas fuertes de vecho; y fue necesario deshacerse con
Ceilan que habian pertenecido á la Ho- apariencia de honor de todos los que po-
landa. También se declaraba indepen- dian oponerse á sus proyectos. Deshizo
diente á Malta restituida á la Orden; por- el ejército del Norte; y los regimientos
que Napoleon habiéndola saqueado cuan- que idolatraban á su general Moreau
do la invadió no la necesitaba para sus fueron los destinados á ultramar. A ellos
miras. Por otra parte el primer Cónsul juntó los restos del ejército de Conde',
aspiraba al mando del continente; y á cuyos soldados, despues de haber ser-
poco le importaba por entonces lo que vido con honor la causa de su Rey le-