Page 290 - Historia política y militar de Napoleón Bonaparte, puesta en su verdadero punto de vista
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                           1813. sufrido  en  el  norte,  se  añadieron  las  el rostro  con  la  mayor  ingratitud:  des-  1813.
                                 derrotas  continuadas  que  sufrieron  sus  de  Leipsick  se  pasó  á  los  aliados,  y  se
                                 ejércitos  en  España,  donde  solo  había  ligó con  ellos  para  apresurar  la  ruina  de
                                 podido  mantener  la  guerra  durante  seis  su  amo.  Bonaparte  habia  aprendido  á
                                 años  á fuerza  de  enviar  nuevos  ejércitos  hacer  la  guerra:  á  despojar  los  Monar-
                                 que  reemplazasen  los  que  en  este  Reino,  cas de  sus  tronos:  á  esclavizar  las  nacio-
                                 cuyo  símbolo  es  la  constancia  de  sus  ha-  nes:  en  una  palabra,  habia  aprendido
                                  bitantes,  hallaban  la  sepultura.  A  fines  lo  mas  eminente  del  arte  militar,  y  lo
                                 de  este  año  de  1813,  casi  no  quedaban  mas pérfido  de  la  ciencia  política.  A  pe-
                                 franceses  en  España;  y  de  600,000  que  sar  de  su  incomparable  talento  no  supo
                                 habian  invadido  bárbaramente  el  país,  aprender  la  cosa  mas  sencilla,  que  se
                                 apenas  100,000  pudieron  regresar  á  sus  aprende  con  solo  leer  la  historia  de  todo
                                 hogares.                                hombre  favorecido  por  la  fortuna;  á  sa-
                                                                         ber ,  que  cuanto  mayores  son  los  bene-
                                    Pero  el  grande  golpe  que afligió  á  Bo-
                                                                         ficios que  un  miserable  recibe  de  su  pro-
                                  íiaparte,  sobre  todas  las  desgracias  de
                                                                         tector  cuando  este  se  halla  á  la  altura
                                  esta  campaña,  fue  la  defección  de  Mu-
                                                                         del poder,  tanto  es  mayor  y  mas  vil  la
                                  rat,  de  este  hombre  á  quien  había  le-
                                                                         ingratitud  con  que  se los  paga  cuando  le
                                  vantado  del  polvo  de  la  tierra:  á  quien
                                                                         ve caido.  Es  cierto  que  Murat  no  podia
                                  había dado la corona  de Nápoles:  á quien
                                                                         sostenerse  en  el  trono  de  Nápoles,  ca-
                                  habia  unido  consigo  con  los  lazos  del
                                                                         yendo  Napoleon  del  trono  imperial;  pe-
                                  parentesco. Murat, desde  el momento  que
                                                                         lo un hombre de  bien  y  de  honor  hubie-
                                  previo  la  caida  de su  protector,  le  volvió
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