Page 64 - Historia política y militar de Napoleón Bonaparte, puesta en su verdadero punto de vista
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5 4           HISTORIA                              I)E  NAPOLEON.       í>D
                          1798. descuidaba  para  atraerse  la  benevolen-  milla  de  descontentos,  que  al  cabo  de-  1798.
                                cia  del  pueblo,  de  imitar  en  todo  los  bia producir  una  conspiración  contra  los
                                usos,  las  costumbres  y  la  religión  de  los  que  habían  invadido  el  país  para  opri-
                                árabes.  Así  era  que  no  solo  daba  mayor  mirlo  á  título  de  ofrecerles  la  libertad.
                                lustre  con  su  presencia  y  la  de  sus  ge-  Esta conspiración fomentada por los emi-
                                nerales  á  las  fiestas  del  país,  sino  que  sarios  de  los ingleses,  del  Gran  Señor  y
                                instituía  otras  cuando  conocía  que  po-  de  los  Beyes,  estalló  el  22  de  octubre,
                                dían  halagar  los  sentimientos  populares.  levantándose  en  masa  toda  la  poblacion
                                Una  de  las  que  hizo celebrar  con  mayor  del  Cairo  contra  los  franceses.  El  gene-
                                pompa  fue la  inundación  del  Nilo,  y  la  ral Dupuy,  que mandaba  la plaza,  fue  la
                                llegada  de  Sus  aguas  al  Cairo.  Y  para  primera  víctima;  y  el  furor  del  pueblo
                                alucinar  mas  á  la  gente  fingía  en  seme-  y de  algunos  millares  de  árabes  que  se
                               jantes  fiestas  todas  las  costumbres de los   habian introducido  en  la ciudad,  no  per-
                                mahometanos,  presentándose  en  públi-  donó  á  ningún  francés  de  cuantos  caian
                                co  con  el  turbante  y  con  todas  las  in-  en  sus  manos.  Napoleon  se  hallaba  alo-
                                signias  de  un  árabe.  Esta  hipócrita  con-  jado  en  la  ciudad  vieja:  con  su  calma
                                ducta  le  valió  el  título  de  Alí-Napo-  y  sangre  fría  sin  igual  dictó  las  disposi-
                                león,  que  manifestó  aceptar  como  una  ciones convenientes,  y  logró  sujetar  á la
                                distinción  extraordinaria  que  le  dispen-  multitud,  que  dispersada  y  batida  pol-
                                saba  el  Diván.                         las  columnas francesas, fue víctima  á  su
                                                                         vez  de  la  espada  de  los  invasores.  Los
                                  Sin  embargo  de  todas  esas  exteriori-
                                                                         horrores  contra  aquella  infeliz poblacion
                                dades,  había  en  el  Cairo  abundante  se-
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