Page 40 - El Orinoco, ilustrado, y defendido, historia natural, civil, y geographica de este gran rio, y de sus caudalosas vertientes: govierno, usos, y costumbres de los Indios sus habitadores con nuevas, y utiles noticias de animales, arboles, frutos, aceytes, resinas, yervas, y raices medicinales
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24 EL ORINOCO ILUSTRADO,

                               tan fu hijo , y diciendo : Padre r Padre , yk

                                murro mi viejo. Dichoíb él , á quien Dios nuef*

                               tro Señor miró con tan gran mifericordia^

                                defpUes de tan larga vida!

                                        Mas larga , y dilatada edad moftrabá

                                por todas fus coyunturas * y artejos de fu

                               cuerpo una India Guajiva , que no fin efpe-

                               cial providencia de Dios encontré en las ve*

                                gas del Rio Gravo , entre la tropa de aque¬

                                llas gentes , que viven de puro caminar. Mu*

                                chos años havia , que la cargaban dentro de

                                un canafto , porque no fe podía tener en'

                                pie : fus ojos , de puro hundidos * eran ya

                                eftrañamcnte pequeños, y havia mucho tiem¬

                                po , que havia perdido la vifta : fus uñas

                                 parecían de Aguila Real : las arrugas de to¬

                                 do aquel pellejo , toftado á los rigores del

           Otro Baútif-  Sol , remataban con unas como efeamas , ó

           mo cafualjcon
                                 callos duros, &c. No me causó tanta har¬
           notables cir-
                                 monía efte efpeétaculo , quanto la reíiften*
           cuníhncias.
                                cía , que moftró á la inftriiccion , y al Bau-<

                                 tifmo* Tres dias gafté en vano , y otros

                                 tantos eftuvo aquella gente violenta , por¬

                                 que no podía,(ni yo la dexaba ) proféguir

                                 fu incierto, y vago viage* Por otra parte

                                 la anciana no eftaba enferma , fino de la

                                 carga de fus años , cuyo pefo no podía ya

                                 cargar. La Guajiva fe mantenía fírme , en que

                                 ni quería creer cofa de quantas yo le de¬

                                 cía 3 ni fer Chriftiana ; porque luego que me

                                  bautices ( decia ella ) me moriré. Muy buenas

                                  congojas me coftó fu terquedad :: en fin fui

                                  á verla, rogándole al Santo Angel de fu GuatM


                                                                                                              fe
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