Page 108 - Julito Cabello
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Leo lechuga
E sa tarde se respiraba otro aire en
mi casa. Primero que nada, hediondo:
Karla a ndaba paseándose con su puro,
diciendo que no se le ocurría qué pintar.
Y, segundo, el aire estaba extrai1o. Mis
papás habían ido dond e los abogados d el
tío Leo y, al parecer, las noticias no eran
buenas. Se les n otaba en la cara. Estaban
hab land o del testamento en la cocina
cuando de repente desaparecieron. No sé
qué bicho les picó, pero fueron a hablar
"en privado " dentro del hoyo del patio.
Y yo, qu e estaba haciendo mis
o bservacio nes, los seguí y me escondí
para escucha rlos.