Page 17 - SanCa, Mas Cultura. San Cayetano, Cundinamarca.
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En nuestro trabajo de recopilación, encontramos varios mitos, leyendas, cuentos e historias que la

                     comunidad relata de generación en generación, alguna propias de la región y otras bastante

                     populares.











                   Cuenta la tradición que el Biato es un


                   espanto que aparece en los caminos

                   de las zonas rurales del municipio en                               Cuentan los ancianos que, a lo largo de muchos años,

                   forma de cura, golpeando a las                                      recorría sus veredas una señora de avanzada edad que

                   personas. Las creencias aseguran                                    vendía cachivaches en un carro Nissan destartalado.


                   que le Biato fue un cura que una vez

                   vivió en el municipio que se dejó                                   Un día dos amigos que se encontraban hablando por

                   tentar por el demonio de la ambición,                               teléfono de manera anecdótica se sorprendieron al

                   tanta fue su ambición que escondía                                  comprobar que la misma señora se encontraba en dos


                   cada dinero y moneda que le llegaba                                 veredas distantes al mismo tiempo. En su charla uno de

                   para que nadie se lo quitara.                                       ellos que se encontraba en la vereda el Mortiño le decía al
                                                                                       otro: "Aquí comprándole una cosa a la señora Otilia, la del

                                                                                       Nissan". El otro amigo que se encontraba en la vereda de
                   Nadie         sabe         que        le      sucedió,


                   simplemente que desapareció un                                      Cuibuco desconcertado le respondió: "Eso no puede ser,

                   domingo, ya que nunca volvió a                                      si yo acabé de comprarle unas cosas a ella hace unos

                   celebrar la misa, Dicen que su castigo                              minutos". El enigma se hizo popular y la señora que antes


                   por su pecado fue vagar en la tierra                                era muy estimada por la comunidad Cayetense, la gente

                   en forma de espanto buscando a                                      al escuchar esta anécdota le fue cogiendo miedo hasta el
                                                                                       punto de que ella no volvió a recorrer las veredas porque
                   alguien para entregarle su tesoro y

                   así poder liberar su alma y saldar su                               nadie le compraba sus peroles. Esta narración ocurrió
                                                                                       hacia los años de 1990, todo el mundo juzgó si aquella
                   deuda con Dios.
                                                                                       señora llamada Otilia tenía el don de la oblicuidad.
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