Page 726 - El Señor de los Anillos
P. 726
—Sí, el fisgón que vimos allá abajo con la nariz metida en el agua. Tenía un
aspecto muy desagradable. Una especie de orco espía, supongo, o una criatura al
servicio de ellos. Pero se nos escabulló con una zancadilla de zorro.
—No sé dónde está —dijo Frodo—. No es más que un compañero ocasional
que encontramos en camino, y no soy responsable por él. Si lo encontráis,
perdonadle la vida. Traedlo o enviadlo a nosotros. No es otra cosa que una
miserable criatura vagabunda, pero lo tengo por un tiempo bajo mi tutela. En
cuanto a nosotros, somos hobbits de la Comarca, muy lejos al Norte y al Oeste,
más allá de numerosos ríos. Frodo hijo de Drogo es mi nombre, y el que está
conmigo en Samsagaz hijo de Hamfast, un honorable hobbit a mi servicio.
Hemos venido hasta aquí por largos caminos, desde Rivendel, o Imladris como lo
llaman algunos. —Faramir se sobresaltó al oír este nombre y escuchó con
creciente atención—. Teníamos siete compañeros: a uno lo perdimos en Moria,
de los otros nos separamos en Parth Galen a orillas del Rauros: dos de mi raza;
había también un enano, un elfo y dos hombres. Eran Aragorn y Boromir, que
dijo venir de Minas Tirith, una ciudad del Sur.
—¡Boromir! —exclamaron los cuatro hombres a la vez—. ¿Boromir hijo del
Señor Denethor? —dijo Faramir, y una expresión extraña y severa le cambió el
rostro—. ¿Vinisteis con él? Estas sí que son nuevas, si dices la verdad. Sabed,
pequeños extranjeros, que Boromir hijo de Denethor era el Alto Guardián de la
Torre Blanca, y nuestro Capitán General; profundo dolor nos causa su ausencia.
¿Quiénes sois, pues, vosotros y qué relación teníais con él? ¡Y daos prisa, pues el
sol está en ascenso!
—¿Conocéis las palabras del enigma que Boromir llevó a Rivendel?
—replicó Frodo.
Busca la espada quebrada
que está en Imladris.
—Las palabras son conocidas por cierto —dijo Faramir, asombrado—. Y es
prueba de veracidad que tú también las conozcas.
—Aragorn, a quien he nombrado, es el portador de la Espada que estuvo rota
—dijo Frodo— y nosotros somos los medianos de que hablaba el poema.
—Eso lo veo —dijo Faramir, pensativo—. O veo que podría ser. ¿Y qué es el
Daño del Isildur?
—Está escondido —respondió Frodo—. Sin duda aparecerá en el momento
oportuno.
—Necesitamos saber más de todo esto —dijo Faramir— y conocer los
motivos de ese largo viaje a un Este tan lejano, bajo las sombras de… —señaló
con la mano sin pronunciar el nombre—. Mas no en este momento. Tenemos un
trabajo entre manos. Estáis en peligro, y no habríais llegado muy lejos en este
día, ni a través de los campos ni por el sendero. Habrá golpes duros en las