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Una carnicería y pimientos: Cómo se encontró la vitamina
Internacional
El alto contenido de vitamina C de esta hortaliza, un producto típico del sur de Hungría, tuvo también efectos económicos.
Una vez anunciadas sus propieda- des medicinales, las exportaciones de pimientos se dispararon, re- cuerda Hannus.
C hace 85 años
como “ácido hexurónico” (más co- nocido hoy día como ácido ascór- bico o vitamina C).
El salto adelante en la investiga- ción llegó durante un viaje a Esta- dos Unidos, cuando consiguió extraer 35 gramos, gracias a que vivía cerca de una carnicería que le proporcionó suficiente corteza suprarrenal.
Como muchos otros grandes des- cubrimientos científicos, en el ca- mino hacia la identificación de la vitamina C se combinaron la per- severancia del investigador con la suerte y lo anecdótico.
Una noche de otoño de 1932, un episodio doméstico cambió las in- vestigaciones sobre la vitamina C, cuando la esposa de Szent-Györgyi preparó una cena con pimientos, cuyo sabor detestaba el científico.
“Szent-Györgyi escondió el pi- miento en su bolsillo para no ofen- der a su mujer y bajó al laboratorio, donde empezó a ana- lizarlo. Pocas horas después, sabía que este fruto es uno de los más ricos en ácido ascórbico”, relata Is- tván Hannus, profesor emérito de Química Aplicada y Ambiental en la Universidad de Szeged.
El propio Szent-Györgyi comentó el caso más tarde diciendo que “la cobardía de un marido se convirtió en un descubrimiento científico de importancia”.
Poco después, el científico hún- garo y sus alumnos de la Universi- dad de Szeged, contaban ya con varios kilos de la vitamina, extraí- dos de los pimientos.
Como en muchos casos de investi- gaciones paralelas, en 1932 se de- sató una discusión sobre quién fue el primero en publicar el descubri- miento, Szent-Görygi o el estadou- nidense Charles Glen King.
Albert Szent-Györgyi, que en 1937 ganó el Nobel de Medicina por este hallazgo, aisló e identificó la vitamina C gracias a una mezcla de perseverancia, suerte y su desa- grado por los pimientos cocinados por su esposa.
En la antigüedad se intuía el efecto medicinal de consumir fruta y verdura fresca, pero no fue hasta hace ahora 85 años que se descubrió qué es y cómo funciona la vitamina C, gracias al médico húngaro Albert Szent-Györgyi, que en 1937 ganó el Nobel de Medi- cina por este hallazgo.
Szent-Györgyi (1893-1986) aisló e
identificó la vitamina C, dando así una explicación científica a lo que sabían los marineros desde la Edad Moderna: que el consumo de cítricos o de col fermentada ayuda contra el escorbuto.
Desde las primeras décadas del siglo XX muchos investigadores en los grandes centros científicos de todo el mundo centraron su inte- rés en las vitaminas.
Aunque está presente en muchos alimentos, la extracción de la vita- mina C era aún muy difícil en esa época por falta de tecnología.
Sin embargo, el comité del Premio Nobel reconoció la primacía del húngaro y le otorgó en 1937 el premio de Medicina.
741 Del 20 al 26 de octubre del 2017
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Szent-Györgyi, que tras la Primera Guerra Mundial tra-
En lo que fue su laboratorio, en la escuela secundaria “Déri Miksa”, se encuentra hoy el Museo Szent- Györgyi, donde se conserva una grabación de una entrevista que hicieron al científico después de haber recibido el galardón.
En 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, el convencido antifas- cista participó en Estambul en ne- gociaciones secretas para romper la alianza de Hungría con la Ale- mania nazi, lo que le valió una orden de arresto por parte de las autoridades alemanas.
“Szent-Györgyi siempre estuvo muy orgulloso de que Hitler haya querido detenerle”, asegura Han- nus.
El científico acabó refugiándose en la Embajada sueca y tras el con- flicto apoyó a la Unión Soviética, hasta que en 1947, decepcionado por el régimen comunista, decidió abandonar Hungría.
Szent-Györgyi se instaló en los Es- tados Unidos, donde se dedicó a investigaciones sobre el funciona- miento de los músculos y sobre el cáncer, hasta su muerte el 22 de octubre de 1986
bajó en varios cen- tros científicos de Europa, obtuvo en 1927 un único gramo de esa miste- riosa sustancia, ex- traída de la corteza suprarrenal (el ór- gano que regula el metabolismo) de di- ferentes animales.
Esa cantidad no era suficiente para poder describir la es- tructura de lo que más tarde denominó