Page 3 - Material de aprendizaje sesión 4
P. 3
j
Hubo quienes intentaron explicar la conducta a partir de fuerzas internas tales como motivaciones, impulsos y tendencias, a menudo no coincientes. Observando la conducta irascible infieren un impulso hostil,
lo cual explicaba aquella conducta. Algunas críticas mostraron que esto
era un círculo vicioso; otras, apuntaban más bien a que solamente los impulsos no pueden explicar toda la variedad de las respuestas huma-
nas, y no tienen en cuenta los factores situacionales.
Las teorías que postulan energías internas pueden interpretar bien el
pasado pero no son aptas para predecir, y una teoría se mide por su
capacidad para producir cambios. Según las teorías motivacionales, los
cambios se producirían por la concientización de los impulsos inconscientes.
Incluso más: los terapeutas resaltan ciertas motivaciones inconscientes y tien-
hacer a sus pacientes que existen esas que ellos propugnan. Las teorías de la conducta dieron en cambio más importancia a los determinantes externos: situaciones estimulantes, refuerzos, etc. Incluso explican la regularidad de una conducta frente a situaciones distintas diciendo que es porque hay una equivalencia funcional de los distintos ambientes.
Otros investigadores sostuvieron que la conducta resulta de la interacción de las personas con las situaciones, pero no han aclarado cómo interactúan ambas influencias. Personas y medio no funcionan con independencia, sino que a su vez interactúan entre sí. La teoría del aprendizaje social sostiene que conducta, persona y medio están entrelazados determinándose recíproca- mente, pudiendo por ejemplo alguno de ellos predominar. Según esta teoría, entonces, las per- sonas no están ni impulsadas por fuerzas internas ni a merced de los estímulos del medio: el funcionamiento psicológico se explica en términos de una interacción recíproca y continúa entre determinantes personales y ambientales. En este enfoque resultan importantes los procesos vi- carios, simbólicos y autorregulatorios. Es decir: El aprendizaje que surge de la experiencia directa se hace en forma vicaria: o sea observando las conductas de otras personas y sus consecuen- cias, en vez de proceder por el tedioso método del ensayo – error. Asimismo, por medio de sím- bolos verbales o icónicos, las personas procesan sus experiencias y las preservan en forma de representaciones que sirven como guía de sus conductas futuras. También hay capacidades de autorregulación: las personas pueden ejercer un control sobre su propia conducta basándose en apoyos externos, generando apoyos cognoscitivos y produciendo determinadas consecuencias de sus propias acciones.
Exceptuando los reflejos elementales, las personas no están equipadas con un repertorio innato de conductas: tienen que aprenderlas. Estas nuevas pautas de conducta pueden adquirirse por dos medios: expe- riencia directa u observación. Al primer medio Bandura lo llama apren- dizaje por las consecuencias de la respuesta, y al segundo aprendizaje por medio de modelos.
den a
a
z
i
d
n
e
r
p
A
e
S
o
c
i
a
l
Origenes de la Conducta