Page 96 - LIBRO EN PDF RECUERDOS.wps
P. 96

difícilmente alguien puede reunir tantas cosas, pero tú

               cada rato lo logras.

               No soy yo, es Dios que siempre me ilumina, y tú que
               me inspiras, y con esos dos elementos se logra

               cualquier cosa.

               Cantando felices y hablando todos a la vez, llegamos a

               Navolato.

               El Doctor sentado placidamente en una postrona, nos

               esperaba nervioso. Cuando nos vio llegar, se levantó,

               besó y abrazó a sus dos felices hijas.
               No les pregunto como les fue, porque con esas caras de

               felicidad, las palabras sobran. Nos despedimos, pues

               aún teníamos mucho trabajo por hacer.

               Tanto tiempo, gasto y esfuerzo había valido la pena, y

               gracias a Dios todo salió estupendo.

               La siguiente semana Renata salió a México, regresó

               cinco días después con todo arreglado, pasaría dos
               semanas con su papá, y después iría al Conservatorio

               un largo y eterno año.

               Tres días antes de la dolorosa partida, pedí una semana

               de permiso para estar todo el tiempo con Renata. Al dia

               siguiente toqué la puerta, se escuchaba el piano, me

               abrió  Rina, con la mano me indicó que pasara,

               silenciosamente entré y me senté a escuchar la

               apasionada interpretación de la futura concertista.

               Con los ojos cerrados, mi imaginación volaba, oí que
               se abría la puerta y vi entrar a una  elegante señora

               acompañada del Doctor.
   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100   101