Page 28 - EL Rincón de Liliana
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Hubiéramos podido cruzarnos por ahí sin
vernos, mirando hacia otro lado, distraídos, o
haber pasado a diferentes horas por el mismo
lugar, o no haber pasado nunca, y no nos
hubiésemos encontrado. Tuvo que haber un
"algo", un mandato divino, para que, entre los
cientos de millones de habitantes del mundo, tú
y yo coincidiéramos en el mismo lugar al mismo
tiempo, y que tú supieras, que yo supiera, para
que alguna vez los dos supiéramos, como
enamorarse, y volar a las estrellas, y traerlas a
nuestra geografía imperfecta, para que las
estrellas produzcan el luminoso incendio, el
fuego purificador que transforma el sentimiento
en amor.
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