Page 5 - Juegos en la selva
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—¡Déjame en paz! –gritaba mono Tití cuando lo cogía en brazos
mono Ardilla, mucho más grande que él, y le hacía rabiar.
—¿Qué te pasa, pequeñajo? Solo quiero llevarte a mis espaldas
para saltar por las ramas, no es peligroso –le decía.
Pero al pequeño mono Tití no le gustaba nada correr peligros,
él era muy tranquilo, y por eso se enfadaba.
Un día Tucán tuvo que intervenir y le dijo:
—¿No te das cuenta de que le estás molestando? A él no le gusta
jugar así, en lugar de divertirse pasa miedo.
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