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La historia del pueblo de Israel
La monarquía
El período de mayor esplendor de Israel corresponde
a los reinados de Saúl, David y Salomón.
Saúl, rey guerrero ungido por Samuel, se aparta de la
Alianza. Samuel le anuncia que lo sucederá el pequeño
pastor David.
David, que ya de joven protagoniza hazañas que lo
hacen muy popular, como el combate contra el gigante
Goliat, sucede a Saúl y se convierte en el modelo de
gobernante fiel a la voluntad de Dios. Cuando comete
alguna falta grave, su sincero arrepentimiento hace que
recupere la confianza de Dios. David conquista Jerusa-
lén, traslada allí el arca de la Alianza que contiene las
tablas de la Ley y convierte a Jerusalén en la capital
del reino.
Su hijo y sucesor, Salomón, es el modelo de gober-
nante sabio y justo. Él es quien construye en Jerusalén
el primer Templo. A su muerte, estallan las rivalidades
entre las tribus y el reino se divide en dos: Norte y Sur.
DOMINACIÓN BABILÓNICA
REINO DEL NORTE: ISRAEL DOMINACIÓN
MONARQUÍA REINO DEL SUR: JUDÁ ASIRIA
1000 a. C. 900 800 700 600
Los reinos divididos El exilio en Babilonia
A partir del 931 a. C., el Reino del Norte (Israel) y el Reino El Reino del Sur consigue subsistir hasta el
del Sur (Judá) viven separados, débiles y enfrentados 587 a. C., cuando Jerusalén es conquistada
entre ellos y con los reinos vecinos. por el ejército de Babilonia. El Templo es
destruido y muchos israe litas son depor-
En este período aparecen los profetas, personajes en- tados a Babilonia, donde viven exiliados
viados por Dios para avisar de las consecuencias de no durante unos 50 años.
seguir la Alianza y para anunciar la salvación por parte Este salmo pertenece a la época del exilio:
de Dios.
Junto a los canales de Babilonia
Destacan, en el Nor-
te, Elías, Amós y nos sentamos a llorar
Oseas, y en el Sur, con nostalgia de Sión;
Isaías y Jeremías. en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras.
Tras una serie de re-
yes poco fieles a la Allí los que nos deportaron
Alianza en el Reino nos invitaban a cantar;
del Norte, los asirios nuestros opresores, a divertirlos:
invaden en el 721 «Cantadnos un cantar de Sion».
a. C. este territorio, ¡Cómo cantar un cántico del Señor
que desaparece en tierra extranjera!
como reino. Salmo 137
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