Page 12 - PERFIL DE RESILIENCIA URBANA DE MANZANILLO
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INTRODUCCIÓN



                          En el marco de la planeación urbana y del ordenamiento territorial, la SEDATU
                          instrumentó el Programa de Prevención de Riesgos (PPR), como una “estrategia
                          integral que busca la distribución equilibrada de la población y sus actividades
                          económicas, con lo que contribuye a la consecución de los objetivos del desarrollo
                          nacional, estatal y municipal en su dimensión territorial, y permite entre otras cosas,

                          llevar a cabo procesos eficientes de ordenación del territorio” dicha estrategia tiene
                          entre sus líneas de acción la elaboración de perfiles de resiliencia urbana. El PPR
                          está orientado a reducir y mitigar los efectos de los fenómenos perturbadores para
                          contribuir al crecimiento ordenado de los asentamientos humanos mediante la
                          elaboración de programas de planeación y la realización de acciones de prevención
                          y mitigación de riesgos de desastres.


                          El acelerado proceso de urbanización que predomina en México, y en prácticamente
                          el resto de los países del mundo, pone de manifiesto la necesidad de realizar
                          acciones que permitan mejorar la resiliencia de las ciudades para así fortalecer
                          la Gestión Integral de Riesgo de Desastre (GIRD. De acuerdo con el Programa de
                          Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT), mientras
                          que “las típicas medidas de reducción de riesgos tienden a concentrarse en una
                          amenaza específica y dejan de lado la vulnerabilidad frente a otro tipo de peligros,
                          la resiliencia adopta un enfoque frente a amenazas múltiples, considerando la
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                          capacidad de recuperación frente a todo tipo de peligros plausibles ”. En ese
                          sentido, enfocarse en aumentar la resiliencia de las ciudades permite gestionar los
                          riesgos asociados con los diferentes tipos de fenómenos, pero también incidir en
                          los diferentes tipos de vulnerabilidad, desde la física y social, hasta la institucional
                          o educativa.

                          Las ciudades son un complejo sistema de sistemas, que difieren en tamaño, situación
                          socioeconómica, cultural y político; tienen distintos grados de vulnerabilidad y exposición
                          al riesgo, sus autoridades abordan de distintas maneras sus responsabilidades y
                          problemáticas. Por ello, para coadyuvar a un mejor acercamiento al tema, lograr una
                          eficaz reducción del riesgo y potenciar la resiliencia, es ineludible “descomponer la
                          visión global en ejes o dimensiones que permitan leer y entender los impactos sobre
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                          el continuo urbano ”, por tal motivo, se consideró pertinente utilizar la estructura
                          propuesta por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de
                          Desastres (UNISDR), que analiza la resiliencia a partir de 10 aspectos esenciales
                          adicionando un eje transversal, que considera acciones relacionadas con los objetivos
                          del Marco de Sendai, situación socioeconómica, cambio climático, perspectiva
                          de género y diversidad cultural en la ciudad.




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